Mientras la familia de Lucas González aún transita su duelo, la Justicia avanza en la instrucción de la investigación para establecer cual de los tres policías de la Ciudad detenidos hizo el disparo que terminó con la vida del juvenil de Barracas Central. En ese marco, en las últimas horas se generaron nuevos interrogantes en torno al resultado de un peritaje que concluyó en que una de las balas secuestradas no corresponde a las pistolas de los policías.
La novedad surgió del documento elaborado por Balística de la Policía Federal y sostiene que se encontró una bala que habría sido disparada por un arma que no se corresponde con las reglamentarias que usaron Gabriel Isassi, Fabián López y José Nievas, los policías detenidos por el caso.
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Se trata de un proyectil que fue encontrado en la vereda de una casa ubicada en la calle Perdriel al 1.200, donde concluyó la persecusión policial que terminó con los amigos de Lucas González detenido y con su cuerpo tendido sin vida. "El proyectil encamisado, deformado, calibre 40 pulgadas (...) no ha sido disparado por ninguna de las pistolas estudiadas en la presente pericia", detalló el documento difundido por Ámbito.
Ese hallazgo abrió nuevas dudas en la defensa de las familias de las víctimas y en la Justicia, que ahora trabaja también en establecer de dónde salió ese disparo y que pasó con la pistola que lo propinó.
Un peritaje negativo por falta de recursos
Hasta hace algunos días, la expectativa estaba puesta en el resultado del peritaje a las balas y las pistolas que se les secuestró a los policías detenidos por haber participado del hecho. Sin embargo, el análisis no pudo establecer de qué pistola salió el disparo que mató a Lucas, de 17 años.
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La medida había sido ordenada días atrás por el juez Martín Del Viso, con el objetivo de establecer cual de los policías de la Brigada de Investigaciones de la Comisaría 4D de Barracas disparó contra el joven. "El núcleo de plomo deformado, calibre 9 mm., proveniente de la Morgue Judicial de la Nación, carece de marcas estriales directas para identificar", concluyó el documento en relación al proyectil que se extrajo del cadáver.
El informe sostiene que no se pudo establecer con exactitud quién mató al joven ya que los medios técnicos que los peritos de la Policía Federal tienen disponibles no permitieron hacerlo. De todos modos, el resto de las balas si pudieron asociarse a las respectivas armas de fuego, lo que genera mayores dudas.
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"En cuanto al tiempo transcurrido desde la producción del último disparo, se informa que hasta el momento no se conoce método físico ni químico que pueda demostrar en forma fehaciente la fecha exacta en que un arma de fuego fue disparada por última vez", indica el informe.
Cómo sigue la investigación
El hecho ocurrió el 17 de noviembre pasado y generó conmoción. Fue cuando Lucas y otros tres amigos salían del Club Barracas Central a bordo de un Volkswagen Surán y después de ir a comprar a un kiosco pretendían volver a Florencio Varela, su lugar de residencia.
Sin embargo, minutos después de haber emprendido el viaje fueron sorprendidos por la Brigada de civil con los tres agentes que no se habrían identificado y, según la versión de los jóvenes, pensaron que eran delincuentes. La persecusión derivó en varios disparos de los policías contra el auto, y uno de ellos fue mortal.
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Por el episodio están detenidos Isassi, López y Nievas, los tres sospechosos. Su situación procesal debe ser definida en los próximos días por el juez Del Viso, luego que en los últimos días el fiscal Leonel Gómez Barbella pidiera procesarlos por el delito de “homicidio cuádruplemente agravado por haber sido cometido con alevosía, por placer".
El hecho puso en jaque a la gestión en materia de Seguridad del Gobierno porteño. Este lunes, desde las 9.30 de la mañana, el jefe de Gabinete del Gobierno de la Ciudad, Felipe Miguel, se encontraba en la Legislatura porteña para brindar su informe periódico de gestión y respondía cerca de 2 mil preguntas, muchas de las cuales referidas al Caso Lucas.
AS/FL
