POLITICA
ELECCIONES 2015

#10D | Chau Cristina

Tics, gestos y expresiones que ya no veremos por cadena nacional. Los momentos que quedarán en el recuerdo. Videos.

Salud. Cristina Fernández de Kirchner, presidenta argentina.
| Télam

Casi como si tácitamente comenzara a extrañar la oratoria de la presidenta saliente Cristina Fernández de Kirchner, la conductora Mirtha Legrand criticó en la noche del sábado al candidato Mauricio Macri por su débil "tono de voz" con el que "no convence a nadie". No hay duda que fuese por admiración o por rechazo, la partida de la Casa Rosada de la primera mandataria dejará -más allá de sus políticas implementadas- un recuerdo indeleble de su persona en la memoria de los argentinos.

Algo que sin duda se extrañará, serán sus cadenas nacionales en las que se realizaron anuncios de trascendencia para todo el país (como los preconfigurados por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual) o bien, para re-reinaugurar alguna obra municipal. Cristina lleva en lo que va del año el insólito récord de 44 emisiones de cadena nacional. Su intención era, según lo expresado por ella, buscar poder comunicar "buenas noticias", por lo cual muchas de las transmisiones fueron en horario de los noticieros centrales de la “cadena del desánimo".

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Durante la presidencia del fallecido Néstor Kirchner se rumoreaba en determinados círculos que el verdadero poder residía en ella. En la primera presidencia de ella, se rumoreaba que el mando real lo tenía "él". Para despejar toda duda, Cristina supo tomar el toro por las astas y demostrar quién tenía la voz de mando. Pronto ni siquiera se limitó a retar en vivo y en directo a sus principales colaboradores y funcionarios. No solamente retó en el pasado en contadas ocasiones a Daniel Scioli quien ahora es su candidato a sucederla sino también por ejemplo al entonces senador Aníbal Fernández, a quien lo acusó de tomar “vivarachol" por asegurar que compraba dólares "porque se le antojaba".

 
 

Otros episodios fueron las reprimendas a Axel Kicillof por "estar distraído", a Julián Domínguez por "perderle papeles", y hasta a un camarógrafo oficial por obstruirle la visión: "Corré la cámara, che".

 
 

La épica discursiva nos hará falta, sea quien gane en las elecciones. En los actos de Cristina, si llovía, la lluvia había llegado para bendecir a los militantes. Si aclaraba y "salía" el sol, era porque el sol era la bendición del momento. Y así con otros fenómenos meteorológicos, como el "viento del sur". Asimismo no se privó de aparecer con perritos y peluches. La ocasión y su salud también provocaron que se debiera mostrar hasta en silla de ruedas.

 
 

El ropaje ideológico fue uno de los puntos de los que siempre se tomaron sus más acérrimos detractores. Se le critica el presunto hecho de buscar parecer presuntamente de izquierda cuando muchas políticas o actitudes podrían adjudicársele a la derecha. Pero más allá de estas apreciaciones subjetivas, algo que no pasaba desapercibido eran los denunciados lujos o "permitidos" que se tomaba Cristina, sea el gusto por las costosísimas carteras, las inalcanzables joyas, o las inolvidables estancias junto a su comitiva en los mejores hoteles del mundo.

Su elevado tono de voz, casi al borde del grito, en determinados actos de Gobierno es otro cuadro difícil de reproducir. Se la ha comparado con Evita en ocasiones por asemejarse en el timbre de voz. Lo curioso es que la voz de Eva Perón al límite de sus cuerdas vocales se debía en realidad a las escasas capacidades técnicas de los micrófonos y sistemas de sonido de aquellos años. Hoy, la tecnología permite hablar en voz a un volumen normal sin necesidad de realizar ningún esfuerzo.

Pocos períodos fueron además más profusos en frases célebres, sea para la polémica o no. Sus correligionarios de gobierno también hicieron gala del ingenio, la sátira y la ironía. Frases desafortunadas desde universidades estadounidenses como "Chicos, estamos en Harvard, por favor, esas cosas son para La Matanza" o la descripción de "los piquetes de la abundancia", definitivamente podían generar admiración o un profundo repudio.

 
 

De momento, desde el núcleo duro del kirchnerismo, o bien, cristinismo, se plantea la posibilidad que la mandataria saliente evalúe ejercer a partir de 2016 algún tipo de cargo de relevancia en el exterior "en un foro internacional".

Para muchos termina el ciclo iniciado por Néstor Kirchner en 2003. Para otros, las presidencia de Cristina Fernández distaron de los lineamientos previos. Este 25 de octubre se elige a su sucesor. Hay seis candidatos con posibilidades electores. Uno será elegido el nuevo presidente para regir los destinos del país hasta 2019. Cada uno de los postulantes, provenientes de un amplio abanico ideológico, viene con un estilo bien definido. Su sucesor deberá ocupar el sillón presidencial de quien hasta ahora fue catalogada como “soberbia y autoritaria” por unos, y como “la jefa y capitana” por otros. Pero más allá de toda expectativa en el futuro próximo, Cristina Fernández de Kirchner marcó una época con un estilo firme y personal difícil de igualar.