La existencia de departamentos donde se ejerce la prostitución preocupa a los propietarios y parece un tema de difícil solución: “Cuando se descubre un ‘departamento privado’ es muy difícil desalojarlo de forma inmediata porque por más que se hagan las denuncias y se intime al dueño de la propiedad para que saque a los inquilinos, pueden pasar varios años”, explica Marcos Bergenfeld, titular de la Federación Argentina de Consorcios (FAC).
“A muchos consorcistas, además, no les interesa hacer la denuncia por temor a las represalias y agresiones que pueden sufrir por parte de quienes administran estos departamentos”, completa.
El testimonio de Natalia, propietaria en Suipacha al 700, refleja la problemática: “En mi edificio llegaron a trabajar once departamentos privados al mismo tiempo, dos de ellos con travestis. Cuando decidí denunciarlos, me amenazaban todo el tiempo. Fue un momento difícil pero sirvió porque con el tiempo se fueron”, se entusiasma, hoy más aliviada.