Marzo amenaza con ser un mes con alta conflictibilidad social. En medio de las discusiones paritarias docentes, observadas de forma expectante por el resto de los gremios, los movimientos sociales y grupos piqueteros extendieron la discusión a los planes de empleo como Argentina Trabaja, congelados hace un año, y la Asignación Universal por Hijo, y proyectan cortar los principales accesos de la Ciudad en marzo si no obtienen respuestas del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.
Desde hace un año, el plan Argentina Trabaja otorga 2400 pesos por mes, 1200 pesos menos que el salario mínimo mensual.
En cuanto a la Asignación Universal por hijo, congelada hace seis meses, el monto es 460 pesos, es decir, alrededor de 15 pesos por día. El martes pasado, unas diez organizaciones, entre las que se cuentan Barrios de Pie, el Polo Obrero y la Asociación Gremial de Cooperativistas Autogestionados y Precarizados (Agtcap), cortaron la avenida 9 de Julio durante cinco horas en reclamo de una instancia de negociación para el aumento de estos planes.
“Tenemos diálogo con funcionarios de segunda línea, no con funcionarios acordes a la gravedad del problema. Nos dicen que eso lo define Cristina y que no tienen plata. Así que son reuniones absolutamente intrascendentes”, cuenta a PERFIL Daniel Menéndez, de Barrios de Pie. Desde la jefatura de Gabinete derivan la respuesta al Ministerio de Desarrollo Social y al Ministerio de Trabajo.
Planes y precios. En términos numéricos, el aumento que reclaman las distintas organizaciones varía: en el Polo Obrero hablan de que el ingreso de un trabajador no puede ser menor al salario mínimo establecido por ley, o sea que el aumento del plan Argentina Trabaja debería ser de 50%. En ese caso, el monto de la Asignación Universal que se otorga debería ser el doble, es decir, al menos 920 pesos.
En Barrios de Pie, que cuenta con su propio índice barrial de precios, aseguran que la inflación del año pasado superó el 35%, prevén una continuidad de los porcentajes y aseguran que los Precios Cuidados no llegan a los barrios más humildes.
Más allá de los porcentajes en pugna, el verdadero reclamo es la posibilidad de negociar: “Queremos que el Gobierno nos reconozca como sector para sentarse a discutir el acuerdo salarial”, dice Marianela Navarro, de Agtcap.
Sin soluciones a la vista, para este año se vislumbra un panorama de tensión: “Hay altísimos niveles de conflictividad social y creemos que se está profundizando por una serie de factores que se combinan, como el ajuste y la recesión”, opina Eduardo Belliboni, del Polo Obrero.
El corte realizado el martes pasado en la Ciudad de Buenos Aires sólo sería el comienzo del plan de lucha que tienen en mente las agrupaciones. Por lo pronto, la semana que viene estos movimientos realizarán una reunión para decidir los pasos a seguir. Pero ya amenazan con cortar los principales accesos de la Ciudad en marzo, hasta tanto reciban una respuesta de las autoridades.