“No se puede mirar el narcotráfico como un problema colombiano, peruano o boliviano, es una lacra universal”, afirma el embajador colombiano en Argentina, Carlos Rodado Noriega. Y recomienda a la Argentina “reconocer que el problema existe”.
—En la Justicia de Salta dicen que en los últimos dos años se instalaron unos 8 mil colombianos en el norte.
—Me parece una cifra bien
exagerada. La droga de Colombia fue hacia el norte. Nunca viene hacia el sur. No se puede analizar como un problema de nacionalidad. Es un error grave. Es un negocio en el que hay que mirar en todos sus segmentos. Hoy un gramo de cocaína vale más que uno de oro. Por eso siempre surgen delincuentes dispuestos a pagar sicarios o funcionarios.
—¿Qué consejo le daría a la Argentina?
—Es importante asesorarse en los países que tuvieron el problema. Nosotros estamos dispuesto a prestar colaboración. Los países centroamericanos la están recibiendo. Pero es una decisión que tiene que tomar soberanamente cada nación.