El clima de distensión que existía entre la Iglesia y el Gobierno, y la intención del cardenal Jorge Bergoglio de que la Iglesia realizara menos pronunciamentos políticos en los próximos tiempos, se rompió luego de que monseñor Héctor Aguer, arzobispo de La Plata, acusara al gobierno de Néstor Kirchner de haberse sometido a la usura en el manejo de la deuda externa.
"El gobierno que está concluyendo su mandato ha renegociado buena parte de la deuda pública reiterando procedimientos financieros de los gobiernos anteriores. Más allá de un alivio transitorio, el problema de la deuda pública subsiste intacto, porque se ha asumido la política del endeudamiento perpetuo según la lógica de la usura", fueron las palabras de Aguer.
“ La usura es un pecado contra el quinto mandamiento de la ley de Dios: no matarás", recordó, en una intervención realizada el 20 del mes pasado en el Vaticano, durante la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, difundida ayer por la Agencia Informativa Católica Argentina .
Las críticas del arzobispo causaron sorpresa en los máximos cargos del Episcopado, que consideraron “raras” e “inoportunas” sus palabras, según informa hoy el diario La Nación
Después de cuatro años y medio de tensa relación por las críticas realizadas hacia la gestión de Kirchner por el cardenal Bergoglio, la Iglesia y el Gobierno buscan ahora una mejora en la relación, pero las críticas de Aguer chocan con la idea de un acercamiento.
Tras el triunfo de Cristina Fernández en las elecciones presidenciales, la presidenta electa y el Episcopado se enviaron señales de distensión. La relación podría volver a tensarse con estas nuevas declaraciones. Por su parte, el Gobierno eligió el silencio.