La advertencia de la Presidenta al anunciar que se tomaría licencia médica fue clara: "Cuidado con lo que hacés". Amado Boudou completa por estas horas sus días a cargo del Ejecutivo nacional tras la operación a la que fue sometida Cristina Fernández.
Y además de firmar 47 decretos, meterse en el terreno bonaerense para seguir más de cerca a Daniel Scioli y hasta involucrarse en la cuestión de las petroleras, el vicepresidente viajó a su tierra natal, Mar del Plata, donde prefirió caminar cerca de la gente, puso los dedos en V, firmó autógrafos y hasta se dejó besar por algunas señoras que le mandaban saludos para la Presidenta y le gritaban “te amo”, según informó la revista Noticias.
El funcionario fue a la ciudad balnearia a la presentación de Expoindustria 2012, un evento que se le hizo largo, con dos videoconferencias y varios oradores.
Tras la exposición, su vocero afirmó: "Se vuelve ya mismo a Capital”. Pero NOTICIAS lo encontró una hora después, en la casa de uno de sus amigos marplatenses. A las 2 de la tarde de un día laborable, el Presidente en ejercicio hacía chistes y era el centro de una tertulia en torno a la pileta. En malla y recién salido del agua se lo veía distendido.
A pesar de la orden de Cristina Fernández, que había pedido que nadie se tomara vacaciones, el vicepresidente por ahora a cargo del Ejecutivo hizo una excepción de algunas horas para comer en la casa de uno de sus amigos, un médico neurólogo de apellido Mendiondo.
“Son amigos desde siempre”, aclaran los vecinos, acostumbrados a verlo en el barrio. Es la primera visita de Amado a Mar del Plata desde la asunción del 10 de diciembre y fue un evento esperado por su círculo íntimo y no tanto.