En la última clase que dictó en 2019 antes de ser electo presidente de la Nación, Alberto Fernández habló ante sus alumnos sobre los conceptos básicos de la asociación ilícita y el fraude a la Administración Pública, dos temas que forman parte del programa de la materia Teoría General del Delito y Sistema de la Pena que dicta en la UBA, y que son de gran relevancia en la situación jurídica de dirigentes políticos en el país.
Si bien la clase fue meses atrás, su contenido trascendió luego de que se publicara completa en la edición N°12 de la revista literaria Ayesha, que si bien surgió en los '80, se volvió a editar en 2017. Alejandro Margulis, periodista, director de la revista y también docente de la UBA, asistió a la clase pública, y reprodujo las enseñanzas del entonces candidato, en un artículo que tituló “Los casos del profesor Alberto Fernández”, donde detalló el intercambio con sus alumnos.
Alberto Fernández ya tenía un fuerte indicio de que sería presidente, porque había ganado en las PASO con mucha diferencia sobre Mauricio Macri.
“Participar en un mismo hecho hace a todos responsables, pero no en la misma medida. Y por eso es importante distinguir a autores de partícipes. Ustedes me habrán escuchado muchas veces hablar y hacer mis críticas a cómo se habla de la asociación ilícita”, les dijo a sus diecinueve alumnos, que el 18 de septiembre pasado asistieron a su clase.
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Para Fernández, “la asociación ilícita es un término razonable para definir a un delito, pero espantosamente aplicado en la Argentina en los últimos años, porque en verdad ese mal uso lo que evita es distinguir, diferenciar estas responsabilidades al hacer entrar a todos como autores de un delito que es gravísimo”, dijo.
Al calificar ciertos delitos como tales, explicó, “se dejan de analizar las responsabilidades que cada uno tiene por separado”. En su definición, por asociación ilícita se entiende “a un grupo de gente que se asocia para cometer delitos indeterminados”. “No sabemos qué delitos. Sí que vamos a cometer todos los delitos que hagan falta para lograr nuestro objetivo”, amplió Alberto Fernández.
Respecto de las diferencias entre asociación ilícita y fraude a la Administración Pública, Fernández planteó que “si el delito es un fraude a una administración pública, eso no es una asociación ilícita, es un fraude a la administración pública. Y hay que dirimir responsabilidades. Bueno, en la Argentina, en los últimos años esto ha pasado a segundo plano”, diferenció el dirigente del Frente de Todos.
Los conceptos del jefe de Estado pueden sin dudas asociarse a la situación procesal de la vicepresidenta Cristina Kirchner, quien está procesada en la causa de los Cuadernos como “jefa de una asociación ilícita” que, según la acusación, “orquestó un sistema de recaudación ilegal mediante la obra pública”.
La causa, que se inició a raíz de una investigación publicada en el diario La Nación, sostiene que la ex mandataria era la jefa de una asociación ilícita que presuntamente operó entre 2003 y 2015, que recaudaba dinero supuestamente proveniente de sobornos a empresarios de la obra pública.
“¿Quién es el autor del gol, el que cabeceó o el que hizo el centro? El que hizo el centro tiene mucho que ver, es partícipe”, planteó Alberto Fernández
En su exposición, el mandatario nacional opinó que “la necesidad de diferenciar autores de partícipes es propia de la naturaleza humana”: “Aunque todos participemos de un delito no somo todos igualmente responsables”. Para ejemplificarlo, apeló a dos ejemplos cotidianos: “¿Quién es el autor del gol, el que cabeceó o el que hizo el centro? El que hizo el centro tiene mucho que ver, es partícipe”, planteó.
Y sumó otro ejemplo: “Agarren un libro y lean el prólogo. Ahí el autor siempre dice las mismas cosas. Agradezco a mi familia, a la editorial que lo publicó, y a mi mamá, que me insistió para escribirlo. Ahí ustedes ven todas las formas de autoría y participación”, aseguró.
Alberto Fernández criticó la figura de asociación ilícita inclusive cuando estaba enfrentado a Cristina Kirchner. Y luego de asumir la presidencia, también apoyó la teoría del Lawfare, que promueve la idea del uso de la justicia como una herramienta para perseguir y proscribir a dirigentes de raíz popular.
La nota completa de la clase de Alberto Fernández se puede leer en la edición impresa de la revista Ayesha.