POLITICA
nicolas castrogiovanni, alias nico o El arabe

Ayudó a los prófugos por el triple crimen y trabaja para Diputados de la provincia

Fue allanado junto a Marcelo Mallo. Tiene un lavadero de autos y es amigo de Schillaci y los Lanatta. Confirmó las coartadas de los sospechosos el día de los asesinatos de 2008.

Vínculos. El socio de los prófugos con Aníbal Fernández. Castrogiovanni declaró que Cristián Lanatta estaba en Córdoba el día del triple crimen. Fue clave para cubrir la camioneta de Schillaci.
| Cedoc

Nicolás Castrogiovanni no es sólo un hombre con anteojos oscuros y una bebida en la mano que se saca una foto con un sonriente Aníbal Fernández. “El Arabe” o “Nico” tiene 32 años, dice ser el dueño del lavadero de autos “El Arabe”, en Quilmes, y es uno de los hombres que ayudó a los Lanatta y a los Schillaci a cubrir sus rastros tras el triple crimen de General Rodríguez en 2008. Así lo comprobó PERFIL al consultar los registros del juicio oral y público que condenó a los prófugos de General Alvear.

Sus conexiones con el poder político en la provincia de Buenos Aires son oficiales: figura como empleado de la Cámara de Diputados bonaerenses, al menos desde junio de 2014 hasta noviembre de 2015, según los registros del ANSeS a los que accedió este medio.
No comparte sólo fotos con Aníbal Fernández. También con  su amigo Marcelo “El Faraón” Melnyk, detenido el día de la fuga de General Alvear por ayudar a los prófugos a escapar con armas y un vehículo. Y con Diego Mendez, jefe del ANSeS de Quilmes.
El nombre de Castrogiovanni fue mencionado varias veces durante el juicio oral por los asesinatos de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina porque “Nico”se movía muy cerca de los Lanatta y de los Schillaci.

El joven incluso declaró como testigo de los acusados en 2010 frente al fiscal Juan Ignacio Bidone, que llevó a los Lanatta y a los Schillaci a juicio. Los autores materiales del triple crimen necesitaban a su amigo Castrogiovanni para confirmar dos de sus coartadas del 7 de agosto de 2008, el día en que Forza, Ferrón y Bina desaparecieron de la faz de la tierra y terminaron ejecutados, enfriados y seis días más tarde, colocados en un zanjón de General Rodríguez.
Cristian Lanatta sostenía ante la Justicia que no había estado en Quilmes ni en General Rodríguez ese día y que había viajado a la provincia de Córdoba. Por eso, alegaba que no podía estar involucrado en el hecho. Castrogiovanni fue quien se presentó ante la Justicia a corroborar su coartada. Sin embargo, el fiscal pudo probar que el celular de Cristian Lanatta estuvo posicionado en la antena Nextel correspondiente a su casa en la calle Nicolás Videla, Quilmes, desde las 9.36 hasta las 12 horas del jueves 7 de agosto de 2008.

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Castrogiovanni también sirvió de coartada a los Schillaci. Cuando los investigadores preguntaron a la familia Schillaci dónde se encontraba la camioneta Toyota Hilux matrícula EUX 826 el día 7 de agosto de 2008, cuando las víctimas fueron trasladadas presuntamente a General Rodríguez, Castrogiovanni fue la coartada: “La tiene Nico en la costa”, fue la respuesta. Es la misma camioneta Toyota Hilux que Martín Lanatta y Víctor Schillaci supuestamente vendieron en el Paraguay y que apareció en la puerta de la casa de los hermanos de Berazategui el domingo de la fuga.

“Nico” se movía con ambas familias. Un testigo lo ubicó con Víctor durante un incidente en 2010 en la vía pública que casi termina en una pelea y otro testigo declaró que “Nico” lo acompañó a ver a Martín Lanatta a la cárcel antes de que fuera condenado.
La búsqueda de los prófugos dio un giro de 180 grados a partir del 1º de enero, cuando las autoridades bonaerenses y nacionales decidieron correr a la Bonaerense de la investigación y se concentraron en cercar al entorno de los hermanos Martín y Cristian Lanatta y de Víctor Schillaci. Por eso, durante el fin de semana pasado realizaron 37 allanamientos. El personaje de la semana fue Marcelo Mallo, líder de Hinchadas Unidas Argentinas, la “ONG” que nuclea a los barras brava del fútbol. Pero esa noche también allanaron el lavadero “El Arabe” porque creían que podían encontra allí rastros de los prófugos.