Un Congreso dividido por Alberto Nisman. De un lado, el oficialismo, “debatiendo” solos la nueva ley de Inteligencia que presentó la Presidenta en su cadena nacional. Del otro, la oposición y miembros de organizaciones sociales que reclaman por la muerte del fiscal.
La ensayista Beatriz Sarlo participó del debate público. "Nos enorgullecemos del Juicio a las Juntas. Es la única banderita que tengo", señaló la escritora mientras ofrecía su colaboración para avanzar en el esclarecimiento del caso Nisman.
“La muerte de ese fiscal, como la muerte de aquel colaborador de Lisandro de la Torre, nos marca para siempre. Va a ser el acontecimiento de nuestras vidas y es posible que también lo sea de gente mucho más joven que nosotros”, afirmó y agregó: “El gran interrogante, el que pude percibir en la primera marcha, la del día del descubrimiento del fiscal muerto, es si alguna vez sabremos algo”.
Ante esto, Sarlo recordó: ”Ví mucha tristeza en el entierro de Perón, ví mucha tristeza en la fila que esperaba a las puertas de este Congreso en el velatorio de Alfonsín, ví mucha tristeza el día de la muerte de Néstor en Plaza de Mayo. Pero lo que ví el otro día, no fue tristeza, además había algo de otro orden”.
“Ví gente que no sabe si las fuerzas desatadas, alguna vez podrán ser dominadas”. “En la marcha, la gente me lloraba en el hombro y se lloraba mutuamente en el hombro. Eso no me paso ni en el entierro de Perón ni de Néstor Kirchner”, contó.
“La muerte de Nisman es unir un crimen irredento con otro crimen que se anunciaba como imposible de resolver”, calificó la ensayista. “Ya la gente que se abrazaba en la plaza veía ese crimen, o esa muerte, o ese suicidio, o lo que fuere, como el comienzo de otros veinte años sin resolución”, concluyó.
Por otro lado, la jueza Sandra Arroyo Salgado se encuentra en uno de los salones del Congreso. Escucha la participación de los oradores. Y según trascendió, escribe un borrador de un discurso que podría ser leído en los próximos minutos.