El peronismo vuelve a gobernar Santa Fe luego de doce años de hegemonía socialista. El senador Omar Perotti se encaminaba hoy a un triunfo sobre el Frente Progresista Cívico y Social con una ventaja de cuatro puntos, con más del setenta por ciento de las mesas escrutadas. Antes de las diez de la noche, Antonio Bonfatti se subió al estrado del búnker socialista en el Mercado del Patio en Rosario. Con gesto adusto, dijo: “felicitamos a quien ha sido el triunfador”. Y dijo que si la tendencia se mantiene, no tendrá problemas en felicitar al postulante del Frente con Todos. De esta forma, el ex gobernador socialista admitió la derrota a manos del ex intendente de Rafaela.
En el búnker del peronismo, en la capital provincial, todo es algarabía. Los números en las mesas testigos de toda la provincia le dieron desde las primeras horas un triunfo a Perotti. El justicialismo santafesino vuelve de esta manera a tomar el control de la provincia que gobernó en forma ininterrumpida desde 1983 hasta 2007, cuando fue desplazado por el socialista Hermes Binner.
El candidato de la Rosada, el radical José Corral, se ubica lejos en un tercer lugar. Antes de la declaración de Bonfatti, había reconocido la derrota de Cambiemos, que cierra una elección con un resultado frustrante. Es que en las legislativas de 2017, Albor Cantard se llevó un histórico primer puesto (con casi el 38%) y relegó al kirchnerista Agustín Rossi (25%) al segundo lugar y tercero, lejos, al socialista Luis Contigiani (14%). Desde entonces, Cambiemos se ilusionaba con quedarse finalmente con la provincia, algo que quedó muy lejos de concretarse. El partido perdió además de la provincia en forma categórica, la capital provincial, Rosario (donde podría quedar en el cuarto puesto), y las categorías a diputado y senador provinciales.
El triunfo de Perotti supone un fuerte espaldarazo para la fórmula del Frente con Todos, ya que el postulante peronista ya tuvo varios contactos con el candidato presidencial, Alberto Fernández. Para el presidente Mauricio Macri supone un duro golpe, ya que hasta ahora y pese a las derrotas en la mayoría de las provincias donde hubo elecciones, la Casa Rosada se venía excusando en los “triunfos de los oficialismos”.
* (Desde Rosario)
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