Amado Boudou ya está en una celda de la cárcel de Ezeiza. El ex vicepresidente fue derivado desde el hospital penitenciario hasta uno de los pabellones de la prisión, controlado por el programa que busca reducir “índices de corruptibilidad”. Su celda será su casa hasta que sus abogados logren sacarlo de allí.
La Cámara Federal escuchará el próximo 21 de noviembre los argumentos de su defensa pidiendo la excarcelación. El fiscal Jorge Di Lello ya le sugirió al juez Ariel Lijo que piense medidas “menos lesivas” que la detención. La tobillera electrónica que consiguió Diego Lagomarsino, sospechado del homicidio Alberto Nisman, pareció una opción, indicaron a PERFIL fuentes judiciales.
Por lo pronto, este martes Boudou saldrá de la cárcel rumbo a Comodoro Py: quiere participar de la nueva audiencia en el juicio oral por Ciccone. Mantiene su decisión de presenciar los testimonios que lo comprometen y, quizás, responder. El tribunal escuchará a José Capdevilla, ex titular de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía quien dijo haberle advertido a Boudou que Hacienda no debía pronunciarse sobre el salvataje a la quebrada imprenta.
En tanto, José María Núñez Carmona, preso como Boudou desde el 3 de noviembre, también fue dado de alta del hospital, pero no pudo ver a su amigo. Fue llevado a otro pabellón. “Nariga”, como le dicen sus conocidos, ya le pidió al juez Lijo ampliar su indagatoria por la acusación de asociación ilícita y lavado de dinero que los encarceló. A través de una nota enviada a su abogado Matías Molinero, dijo a PERFIL: “se me detuvo ilegalmente”. Habló de “lo ridículo del hecho” que se le imputó y resaltó que se prestó a aclarar y responder todas las sospechas. “Me abrí a preguntas. El tribunal no me hizo ni una y el fiscal no estaba”. El empresario añadió: “Todos mis bienes están a mi nombre o de sociedades en las que participo. Todas radicadas en el país, al igual que las cuentas bancarias. todo está informado en el expediente ¿De qué ocultamiento y maniobras hablan?”.