“Amigo mío, ¿qué te hicieron? No puedo creer lo que está pasando”. “Brujito querido, seguí guiándonos en esta revolución”. “Ahora su madre lo va a poder llorar tranquila, pero duele porque no se lo merecía”. Los amigos de Santiago Maldonado usaron distintas frases para expresar su dolor tras la confirmación de que su cuerpo era hallado en el río Chubut el martes pasado.
“¿Era la noticia que se esperaba, no? Estoy contento porque sé que va a tener un entierro y su madre lo va a poder llorar tranquila, pero duele porque no se lo merecía”, contó a PERFIL Tobías, uno de los amigos que cosechó Santiago en El Bolsón.
Allí le decían “Brujo”, mientras que era “Lechuga” para los familiares y amigos de la localidad de 25 de Mayo de donde era oriundo. “No tengo una palabra más que tristeza y miedo porque sabemos que nos puede pasar lo mismo”.
Las redes sociales se hicieron eco de la noticia y fue el lugar elegido por sus amistades para expresarse. “No puedo creer lo que está pasando, me tocó de cerca la realidad, de tu mano, y todo esto me concientiza aún más sobre la gran mentira que nos hacen creer que es la vida”, escribió Enzo Robles en Facebook junto a tres fotos de Santiago pintando una remera. Ahí se lo ve más joven y aún no tenía las rastas. Y agregó: “Te extraño Lechu y estoy lleno de bronca y angustia".
Ariel Garzi, quien declaró en la causa que al día siguiente de la desaparición de Santiago el 1 de agosto llamó al celular del artesano y alguien lo atendió, escribió cuando se encontró el cuerpo en el río Chubut: “Si realmente llegás a ser vos, por más que nos destrozó la manera en que te trataron, me da algo de alivio porque tu familia, tu bella madre y todos los que te queremos vamos a poder despedirte como corresponde. Vas a poder partir en paz, pero te prometo algo querido amigo... te prometo que no voy ni vamos a permitir que esto quede así. Por más de que nos salgan a cazar, que nos persigan o que nos quieran culpar de lo que ellos te hicieron no vamos a permitir que se salgan con la suya. Brujito seguí guiándonos en esta revolución”.
Otro de sus amigos, Chuzo Gonzáles, publicó un poema en su memoria “ahora que los tatuajes colorearon la retina de su hermano al verlo así tan ultrajado”.