El crimen político más trascendente de los últimos nueve años se produjo el 20 de octubre de 2010. Esa tarde, Mariano Ferreyra, un joven de apenas 23 años que acompañaba el reclamo de los tercerizados del ferrocarril Roca, fue abatido por un proyectil que le perforó el estómago y causó conmoción en la opinión pública.
Desde entonces, como un castillo de naipes, la investigación sobre el crimen pareció derrumbar - y en algún caso poner en jaque, quizás para siempre - el accionar de líderes sindicales como José Pedraza, titular de la Unión Ferroviaria, preso como presunto instigador junto al segundo del gremio, Juan Carlos "el Gallego" Fernández y otros siete miembros de la patota que aquella tarde pretendió disipar el reclamo de los tercerizados a quemarropa.
El periodista Diego Rojas, autor de la primera gran investigación periodística sobre el caso, consiguió un testimonio único para su libro ¿Quién mató a Mariano Ferreyra?. Logró que Pedraza, tres meses después del asesinato de militante, rompiera el silencio con una confesión brutal: “¿Usted cree que los ferroviarios son botones? Se esconden en ésta, por lo menos de complicidad, pero no los van a ir a denunciar”, dice el sindicalista cuando le toca explica por qué encubrieron a los responsables del ataque.
Así se desanda una historia que incluye pormenores de la vida de Ferreyra, de los tercerizados y del propio Pedraza, detenido desde el 22 de febrero último: “En principio, Pedraza está en prisión. Por primera vez el ideólogo de un crimen político está preso en este país", señala Rojas, que relata su encuentro con el gremialista: "Revela los contactos que tuvo antes y después de crimen con el Gobierno y describe también cómo el sindicato organiza las acciones que dependen de la dirección, una acción organizada desde la estructura jerárquica".
- ¿Cuál era el vínculo entre José Pedraza y el Gobierno? En algún momento le sueltan la mano..
- No, con anterioridad al 20 de octubre el vínculo entre Pedraza y el Gobierno fue muy fuerte. Siempre aportó militantes a las movilizaciones pro kirchneristas. Incluso en River, hubo una columna de mil personas entre las que estaba Cristian Favale. Con posterioridad al crimen Pedraza seguía teniendo vínculos con gente del Gobierno, como (Juan Pablo) Schiavi y (Carlos) Tomada, que además fue su abogado.
Esta tarde, en un debate que promete iniciar una discusión sobre el destino del sindicalismo en nuestro país, Rojas presentará su libro a las 19 horas en el Auditorio de la Universidad de Buenos Aires junto a los escritores Hernán Brienza, Martín Caparrós y el dirigente del Partido Obrero, Jorge Altamira.
