Después de haberle dicho que no a la presidenta Cristina Kirchner, Florencio Randazzo participó del acto del Día de la Bandera y estuvo en la primera fila del palco, detrás de la mandataria.
Hasta ayer, la tropa del ministro del Interior especulaba con pedirle a alguien de su confianza que lo convenciera de dar marcha atrás con la decisión y que se presentara como candidato a gobernador por la provincia de Buenos Aires. Si lo hacía, sería sin la participación de Eduardo de Pedro, que fue confirmado como primer candidato a diputado nacional.
“A dónde vamos a ir los que apoyamos a Randazzo”, se preguntó un randazzista en diálogo con este diario. Y consideró que tendría que haber aceptado la oferta de la jefa de Estado. “Dejó en banda a intendentes, legisladores y candidatos”, agregó.
Para colmo, su futuro político es incierto. Sin lugar en las listas, su posición dentro del Gobierno será cada día más incómoda. Como anticipó PERFIL en su edición de ayer, el ministro del Interior recibe presiones para apartarse de su cargo por parte de los kirchneristas más duros.
El jefe de Gabinete advirtió que Randazzo quiso condicionar a la Presidenta. Y el secretario de Seguridad Sergio Berni opinó que el funcionario hizo el “ridículo” y que le provocó un daño innecesario al proyecto.
Su negativa, dicen, le costará caro puertas adentro del Gobierno. Aunque destacan que para afuera, quedó bien parado.