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Cambiar para que nada cambie

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Resultan por lo menos curiosos los cambios de gabinete post 28-J. Más allá de que Cristina Kirchner había asegurado que más allá del caso Graciela Ocaña no habría más salidas. No se cumplió con Ricardo Jaime y hoy se recargó la sentencia incumplida.

Lo primero que hay que decir es que no hay sorpresas en la lista de los desplazados. Sergio Massa y el invisible Carlos Fernández eran números puestos para la eyección, aunque por diferentes motivos. Lo más probable es que Massa vuelva a Tigre y no asuma su banca de diputado en diciembre, aunque en la Argentina seis meses es ciencia ficción. Fernández tendrá como destino algún otro despacho oficial menos público y pasará al Guiness de los récords como el único ministro de Economía del mundo y de la historia que nunca dio una entrevista.

Su reemplazo por Amado Boudou no llama la atención. También se daba por descontado que el joven (o no tanto) motorista de Las Cañitas y controlador de los multimillonarios dineros previsionales "estaba para más", en la consideración del matrimonio presidencial. Debe estar contento.

El inefable Aníbal Fernández venía subiendo puntos en los últimos días. Eterno defensor de lo indefendible, el kirchnerismo duro lo revalorizó con el triunfo del 28 en Quilmes, el pago de Aníbal F. y uno de los contados partidos del Conurbano donde Néstor y los suyos hicieron diferencia. El servicial y amiantado ave fénix con bigote aterriza a su cargo más alto y también debe estar con una gran sonrisa por estas horas.

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Que el hijo del diputado Héctor Recalde sea el nuevo interventor de Aerolíneas vuelve a mostrar que hay una decisión para mantener el eje con Hugo Moyano, el segundo hombre al que más teme Néstor Kirchner.

Y que vuelva al Gobierno Jorge Coscia, que no puede explicar con claridad meridiana su creciente nivel de vida desde que estuvo a cargo de los subsidios del Instituto del Cine, marca que habrá algo más de lo mismo.

Como para ratificar esa idea, tres elementos. Primero, sigue Guillermo Moreno. Segundo, los anuncios de cambios los hizo el vocero de Néstor Kirchner. Tercero, esos anuncios se hicieron horas después que el odiado (por los K) Eduardo Duhalde saliera por primera vez en público a pedir más diálogo a Cristina. Qué lástima, esta película ya la vi y no me gustó.

* Secretario de Redacción de Diario Perfil.