El próximo martes, el Gobierno tendrá su primera prueba de fuego en la Cámara de Diputados, cuando pondrá en juego los acuerdos encarados en el proyecto que habilita el pago a los holdouts. Y en el interbloque de Cambiemos se muestran confiados de poder plasmar en la pizarra un resultado contundente, con cerca de 150 votos a favor.
Para ello, entre Emilio Monzó (presidente de la Cámara), Mario Negri (titular del interbloque) y Nicolás Massot (líder del bloque PRO) cuentan con una base de 91 diputados propios (a los del interior los obligaron a viajar el lunes para evitar cualquier tipo de inconvenientes con los vuelos). Y le suman 31 del massismo (ya miran con atención a los seis cordobeses que armaron su propia bancada), 17 del bloque justicialista (donde están Diego Bossio y el resto de los diputados que rompieron el bloque kirchnerista) y los 8 que suman Darío Giustozzi y los puntanos de Rodríguez Saá.
Con todos ellos, la iniciativa del Gobierno cosecharía 147 votos, cuando se necesitan 129 para tener quórum y arrancar la sesión. En ese punto, todavía hay dudas respecto a la actitud que tomarán diputados del FpV que responden a los gobernadores de sus provincias, que también podrían sentarse para dar el debate.
El número final podría ser incluso superior. El oficialismo confía en que también sumará a los cuatro socialistas y a Margarita Stolbizer, y no descarta que también acompañen los seis de Santiago del Estero, que dependen de la orden de Gerardo Zamora.