“Verbitsky es un montonero trucho, que vendió compañeros”, disparó Carlos Soria. A dos días de su histórico triunfo, rompió el silencio y en una entrevista con el diario Tiempo Argentino contestó la dura columna en la que el “Ministro sin despacho” lo acusaba de ser “el límite de lo tolerable dentro del kirchnerismo”. “Él no podrá salir del país por hablar mentiras”, advirtió el rionegrino. “Va a tener que dar explicaciones”.
Enojado por los cuestionamientos del Perro, Soria se quejó: “Nunca vi a los intelectuales hablar de los problemas de Río Negro, ni siquiera cuando un gobernador se robó un banco”, lanzó. En su columna dominical, el día de la votación, Verbitsky publicó una foto de Soria mientras cenaba con el criminal de guerra nazi Erich Priebke, y lo caratuló como “uno de los personajes más oscuros de la larga década menemista-duhaldista”. Soria embistió contra los intelectuales oficialistas, y consideró errónea la lectura que interpreta la elección que ganó como una contienda entre dos candidatos alineados a la Rosada, por él y César Barbeito, el radical K.
“Eso es un error de ciertos intelectuales truchos que pululan por las radios tratando de vivir de la política”. El intendente de General Roca se reunió ayer con la presidenta Cristina Fernández, que en 2002 lo acusó de estar detrás del espionaje a su marido, Néstor Kirchner, por ser jefe de la SIDE duhaldista. “Es todo un invento de algún tonto que dijo que yo desde la Secretaría de Inteligencia había mandado espiar al matrimonio Kirchner”, se defendió Soria. El gobernador K hasta se refirió al ASESINATO de Kosteki y Santillán, por el cual lo investigan. “Eso fue algo muy doloroso por lo que Duhalde sufrió mucho”.