Lilita Carrió descansó en el lugar que más la relaja: Punta del Este. El aire de mar le sienta bien. Pasó las fiestas junto a sus amigos y asegura que no pensó en política, ni leyó los diarios. Que engordó, que es feliz y que no le preocupa 2011. Luego de llamarse a silencio, eligió a PERFIL para dar la primera nota del año. Distendida y de buen humor, la diputada nacional afirmó que está “orgullosa de tener los patitos desalineados” en referencia a las acusaciones del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; sentenció que el juez Norberto Oyarbide es “un gran corrupto” y que Néstor Kirchner y Lázaro Báez “son una banda de ladrones”. Una Lilita auténtica.
—¿Qué va hacer Carrió, en enero y en Buenos Aires?
—Vuelvo a trabajar. Uno cuando está de vacaciones, está de vacaciones. Este año no hay campaña y yo voy a estar en Buenos Aires con los diputados y los fines de semana con mis hijos en Mar del Plata. Tampoco hay que prestarse a cualquier cosa.
—¿Es posible correrse de la carrera para 2011?
—Estamos trabajando para el Parlamento. Hasta 2011, nosotros no hablamos. Recién terminó una elección. Luego de los desastres que hizo la oposición de julio a noviembre, logramos articular una estrategia, ganar en Diputados y me parece que hay que preservar eso y nada más. Nosotros vamos a estar tranquilos, en todo caso me parece bárbaro que algunos quieran salir ya, casi con desesperación: Kirchner, Cobos, Duhalde, pero esa no es nuestra estrategia, ni nuestro deseo. La gente está agotada de que nosotros hagamos campaña. Este es un año de trabajo, de trabajo legislativo y de preparación de equipos técnicos.
—¿Qué opina de las negociaciones entre Eduardo Duhalde y Julio Cobos?
—La verdad es que ahí no vamos a estar, pero eso no es lo importante ahora. Todo va a decantar en la Argentina y tiene que decantar tranquilamente, la gente finalmente va a votar a los que mostraron conducta a lo largo de los últimos veinte años. El aprendizaje de la sociedad ha sido brutal. Tengo esperanzas en ese aprendizaje, en esa racionalidad, aún con patitos desalineados, y que podamos dejar de ser el país de la vergüenza.
—¿Es posible pensar en una oposición unida o lo que pasó en Diputados fue algo coyuntural?
—Sí, y voy a trabajar para eso, así como trabajé desde fines de septiembre, junto a toda la Coalición Cívica, en la estrategia que finalmente llegó a la victoria y que todo el mundo desconocía. En noviembre todavía algunos decían pelear la presidencia y desarticulaban todo. Con la misma vocación de trabajo vamos a ver los puntos que unen desde la centro izquierda a la centro derecha para lograr esos consensos. Mi deber es conseguir la mayor cantidad de acuerdos y ahí me van a encontrar. Voy a ser la Lilita de los consensos.
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