Los protagonistas principales de la película electoral hoy son dos: Mauricio Macri y Cristina Kirchner. Pero en total ya son 18 los nombres que se anotan para pelear por una candidatura presidencial el año que está por comenzar. Algunos con perspectivas de crecer y consolidarse como parte central del reparto, otros apostando a por lo menos pasar el filtro de las primarias y no quedar como meros extras.
Esas candidaturas hoy se podrían separar en siete espacios políticos distintos, pero hasta el día de la presentación de alianzas, en junio próximo, el panorama puede cambiar. Por lo menos en la oposición. Allí es donde el peronismo todavía deberá resolver si se unifica o mantiene la división actual entre kirchnerismo y “alternativos”. A pesar de que hay puentes tendidos, sobre todo desde el massismo, son pocos los que hoy se imaginan a todos unidos en un solo espacio. Nadie ve, por ejemplo, a Juan Manuel Urtubey o Miguel Pichetto en una interna con sectores del kirchnerismo.
El espacio que tiene más chances de unificarse es el del peronismo alternativo, ahora autodenominado Alternativa Federal, con sectores del progresismo que, a diferencia de elecciones anteriores, adolecen de una figura con alto nivel de conocimiento para ofrecer como candidato –como en su momento fueron Hermes Binner o Margarita Stolbizer–. Con esa opción coquetean tanto el socialista y gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, como el líder de Libres del Sur, Humberto Tumini. En ese espacio también está el GEN de Stolbizer y sectores del radicalismo disgustados con el rol que su partido viene manteniendo en alianza con Cambiemos. La postura que tienen desde esos sectores es consolidarse como bloque y poder confluir en un espacio común con el peronismo no K (y especulan con una competencia en internas).
Envalentonados con fenómenos como el de Donald Trump o Jair Bolsonaro, hay dos candidatos que asoman como outsiders que apuestan a atraer votantes desencantados del macrismo. Se trata del salteño Alfredo Olmedo y el liberal José Luis Espert. El actual diputado, que se caracteriza por ir con su campera amarilla a todos lados, fue el primer político argentino en conseguir una foto con el presidente electo de Brasil. Es evangelista y tiene un discurso antiaborto, antieducación sexual integral y pro servicio militar. En 2017, su partido, Salta Somos Todos, sacó el 10% de los votos pero él no estaba en la boleta (en 2015, para diputado, sacó el 28%). Espert, en tanto, ganó fama en televisión y redes sociales con un discurso que corre al Gobierno por derecha. Lanzó su candidatura presidencial rodeado de otros economistas liberales como Javier Milei, Diego Giacomini, Guillermo Nielsen y Miguel Boggiano.
Tanto Olmedo como Espert, si finalmente se presentan, podrían ser un dolor de cabeza para Cambiemos porque le podrían sacar votos claves en una primera vuelta. Pero para eso, primero tendrían que superar el filtro del 1,5% de los votos válidos en las PASO, algo que se les puede hacer cuesta arriba al no contar con estructura nacional.
Un sector político que viene consolidándose y ya consiguió tener un piso de votos es el Frente de Izquierda. La alianza trotskista no tiene definidos todavía los candidatos, algo que desde los dos partidos principales que la conforman planean resolver los primeros meses del año. Desde el PTS barajan los nombres de Nicolás del Caño o Myriam Bregman, y se muestran confiados en poder encabezar la fórmula con alguno de los dos. En el PO, por su parte, piensan en Néstor Pitrola o Romina del Plá. Si no hay acuerdo, irían a internas, algo que desde los dos partidos quieren evitar.
La película ya se empezó a rodar, pero el reparto todavía no está definido. El camino a la polarización parece indefectible, pero más de uno va a intentar evitarlo.