Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich pulseando para sacarse ventajas en la carrera presidencial. Mauricio Macri buscando posicionarse por arriba de todas esas discusiones. Ricardo López Murphy y Alfredo Cornejo intentando sumar porotos para no quedar relegados en la pelea. Elisa Carrió protagonizando una escena para encender las alarmas de sus socios.
La cena anual de la Fundación Libertad se volvió este lunes 9 de mayo una caja de resonancia de las discusiones que se viven en Juntos por el Cambio de cara a 2023.
Casi un millar de dirigentes y empresarios se reunieron por la noche en Parque Norte para escuchar, en el plato fuerte, al Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa conversando junto a Macri y el ex presidente uruguayo Julio María Sanguinetti. Liberales, afines y no tanto se codearon durante unas cuatro horas en las que los temas preponderantes de las charlas fueron la crisis del oficialismo y los vericuetos en los que anda inmersa la oposición.
En ese sentido, Rodríguez Larreta fue el primero en hablar y fijó la tendencia de cómo vendría la noche. En un claro mensaje “antigrieta”, llamó a no seguir “insistiendo por ese camino”. “Sin apoyo político no hay transformación política y el cambio si no se sostiene en el tiempo es una anécdota”, aseguró. De todas formas, aclaró que “con el kirchnerismo y la izquierda, nunca”. Intentó enumerar un plan con ideas a aplicar, en un discurso que sorprendió por la velocidad en la que lo hizo. Parecía que quería hacer llegar varios mensajes en poco tiempo. "Habló como si fuese un audio de whatsapp en 1,5", fue el comentario repetido.
Bullrich se montó sobre ese mensaje para marcar un contraste. Algo que primero hizo López Murphy, al asegurar que era necesario un “triunfo arrollador para garantizar gobernabilidad”. “Tenemos que ser capaces de construir una coalición y ganar, y desde la fortaleza llamar a ampliar las bases, nunca desde la debilidad”, dijo el diputado, quien junto a José Luis Espert eran de los pocos en ser considerados “liberales en serio”.
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A su turno, Bullrich fue mucho más explícita: "No podemos jugar al medio. El medio es la continuidad de la decadencia". Y aseguró que para ella la grieta “no es un invento de esta coalición, sino una construcción de los que gobiernan para generar adversarios, enemigos”. “Ese conflicto lo tenemos que abordar, no se sale sin abordar el conflicto ético, moral, de mafias, de sindicatos millonarios”, agregó, para concluir que “hay un solo camino, el del cambio profundo, cojonudo”.
Reflexiones de Macri en el baño
En la primera mesa aplaudía Macri, que era uno de los principales centros de atención de la noche. ¿Vuelve? “No lo sé”, confiaba uno de sus ex ministros, de esos que volvieron a la actividad privada y mantienen el perfil bajo. “Y te diría que él tampoco lo sabe”, resumía. Mientras tanto, el ex presidente apuesta a seguir jugando como un líbero en la disputa interna del PRO, con el misterio de dejar abierta la opción de ser candidato para el segundo tiempo y sin inclinar la balanza (todavía) por ninguno de los presidenciables. Ese fue el concepto que se le escuchó transmitir en su paso por el baño, mingitorio mediante: “Estuvo bien Patricia, y Horacio también, es lo que yo digo siempre que tienen que hacer, competir y buscar crecer”. Pero igual fue un poco más allá y reflexionó sobre el público al que estaban apuntando. "Acá Patricia juega de local", describió.
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Quien no sintió que estaba jugando de local fue Carrió. Apenas terminó de hablar Rodríguez Larreta agarró su cartera y se fue, dejando una frase flotando en la mesa que compartía con Mirtha Legrand y Pampita: “No me banco las hipocresías”. Nadie logró discernir si era por el discurso del jefe de Gobierno porteño o algo vinculado a Macri, a quien se había acercado a saludar más temprano “para que después no digan que estamos peleados”. Pero la duda quedó más abierta porque bajando del ascensor se cruzó con Cristian Ritondo a quien le espetó que gracias a ella se había frenado un acuerdo de su jefe (por Macri) con Ricardo Lorenzetti y el kirchnerismo.
Lo cierto es que la líder de la Coalición Cívica viene repitiendo cuestionamientos tanto contra Larreta como Macri. Al primero le cuestiona “no jugársela” y según explican cerca suyo, ayer esperaba que hiciera mención al “contrato moral” en su discurso. Con el ex presidente viene siendo más dura y no logró digerir todavía la foto con Donald Trump. "Decidí irme antes porque si agarraba la carterita mientras hablaba Mauricio iban a decir que estaba rompiendo Juntos por el Cambio", explicó después a gente de confianza.
Los radicales también sentían que no jugaban de local. Sobre todo el día donde en un almuerzo del PRO se había filtrado que el mensaje de Macri era no seguir la estrategia de la UCR en el Congreso. Allí se mezclaban, además de Cornejo, Martín Lousteau, Carolina Losada y Enrique "Coti" Nosiglia, entre otros. Acostumbrado a moverse como pez en el agua, el inoxidable Coti le recordó a Gerardo Bongiovanni, presidente de la fundación anfitriona, que por fines de la década del 80, cuando todavía eran gobierno, se le acercó para contarle que estaba armando una fundación para difundir las ideas del liberalismo en la Argentina. Más de 30 años después, la Fundación Libertad ya se transformó en un factor de poder de creciente influencia en el ámbito liberal en la región.
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