Florencio Randazzo echó más leña al fuego a la interna oficialista. Le cuestionó a Cristina Kirchner haberse inclinado por Daniel Scioli: “La Presidenta ha decidido que el candidato sea Scioli y los resultados están a la vista”.
Las declaraciones del ministro del Interior y Transporte causaron mucho malestar en el Gobierno. El secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, que supo ser su padrino político, advirtió que no hubo interna en el FpV porque Randazzo “no quiso competir”. “Randazzo no se presentó”, abundó. Y agregó: “El quería ser ungido por Cristina”. Lo criticó también el gobernador de Entre Ríos, Sergio Uribarri.
El ministro estaba preparado para enfrentar en una primaria al gobernador bonaerense, pero la mandataria proclamó a Scioli candidato único y lo dejó afuera de competencia. Ayer aclaró que, en estas circunstancias, se pasó a la segunda vuelta por un margen “muy exiguo”.
“Yo estaba convencido de que una primaria en el Frente para la Victoria iba a generar que el candidato saliese más fortalecido”, dijo el funcionario en diálogo con una radio de Mendoza. En su entorno están seguros de que el ganador de esa interna hubiera sido él, porque concentraba todo el voto kirchnerista duro y podía conquistar a los independientes. Pero es algo que nunca se sabrá.
Ayer, Randazzo participó de un evento en la bodega Fournier y se cruzó con el radical Ernesto Sanz, con quien se dio un abrazo. La foto también generó suspicacias en el oficialismo: Sanz forma parte del frente opositor que forzó al kirchnerismo a ir a una segunda vuelta e incluso suena como eventual ministro de Justicia de Mauricio Macri. Zannini dijo que le llamaba la atención que se sacara la foto al mismo tiempo que declaraba en contra de Cristina.
El ministro pasó una factura que tenía atragantada. E intentó quedar parado como un mejor dirigente político que Scioli, de cara al escenario que se viene. ¿Querrá además que le den una salida anticipada del Gobierno? Difícil saberlo.
Sin embargo, desde el entorno del funcionario negaron tajamente contactos con el macrismo y dijeron que el 10 de diciembre Randazzo será “un militante más” y que no ocupará “ningún cargo en ningún gobierno”.
Lo que sí tiene el ministro es una excelente relación con el subsecretario de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires, Guillermo Dietrich, y con Horacio Rodríguez Larreta. A lo largo del último año y medio, al primero lo ha recibido en varias oportunidades para dialogar sobre temas de gestión. En el macrismo lo destacan por su política de “puertas abiertas” que, dicen, no es común en el Gobierno. Incluso, en los últimos almuerzos que compartió con Dietrich, charlaron de política.
Por otro lado, ayer, Randazzo cuestionó la derrota en la provincia de Buenos Aires. Dijo: “La gente evaluó con su voto”. Y añadió que a la hora de votar, el electorado “premia o castiga”. El funcionario siempre se quejó de la gestión que había hecho en la Provincia Scioli como gobernador.
Sobre su decisión de rechazar una candidatura a gobernador advirtió: “Cuando me ofrecieron ser candidato a la Provincia reiteré lo que dije antes. Lo que pasa es que muchas veces en la política la palabra está devaluada”.
Pero no es el único que pasó facturas después del 25 de octubre. Aníbal Fernández, tras perder, volvió a acusar a sus rivales de la interna de haberlo boicoteado. Con la irrupción de Randazzo, la interna oficialista está al rojo vivo.