POLITICA
tuvo reuniones con la campora

CFK se recluyó en El Calafate antes de enfrentar a Bonadio

Declarará el miércoles en la causa donde se investiga la venta de dólar a futuro por parte de las autoridades del Banco Central.

Con facturas de panaderia. El nuevo secretario la visitó el jueves en su casa de Río Gallegos.
| Juan Obregón<br>

Desde Río Gallegos

Cristina Kirchner partió el jueves a la noche hacia El Calafate, para recluirse en su entorno más privado antes de regresar a Buenos Aires, después de un “exilio” autoimpuesto en Río Gallegos. La ex presidenta, durante estos tres meses, se mantuvo activa en las redes sociales, pero pocas veces opinó sobre el devenir de la política argentina.

Recibió en su casa de Río Gallegos, con frecuencia, a dirigentes de La Cámpora, como Axel Kicillof y Eduardo “Wado” de Pedro, y a referentes de otros sectores alineados con el kirchnerismo.

Digita junto a ellos la estrategia del bloque de diputados, y de parte del bloque de senadores que todavía le responde. Estuvo, por ejemplo, ocupada tratando de boicotear el acuerdo con los holdouts del Gobierno.

El miércoles tendrá que declarar ante el juez federal Claudio Bonadio, quien la acusa de ser la cabeza de una asociación ilícita en la venta de dólar a futuro.

La Cámpora, la organización que conduce su hijo Máximo, prepara una movilización masiva para acompañarla en los tribunales de Comodoro Py, en Retiro. Quiere capitalizar su indagatoria como una persecución política articulada con el “partido judicial”.

Máximo mantuvo en los últimos días reuniones con intendentes y gremios para pedirles que sean protagonistas de la marcha a los tribunales. Estarán desde las ocho de la mañana en las afueras del Palacio de Justicia. Apuestan, también, a la movilización espontánea, aprovechando
el “clima social” por los tarifazos.

Durante la “vigilia” a la espera de que declare Cristina, sus seguidores no harán ningún acto partidario. “No habrá oradores”, especificaron a PERFIL fuentes de la organización.

 La ex presidenta está en el Sur acompañada por su hija Florencia y su nieta Elena. En su entorno dicen que está tranquila. Contrató a un secretario que supera apenas los 20 años, a quien tiene bajo sus órdenes gran parte del día. Cristina está convencida de que ésta no será su última indagatoria, sino que será la primera. El devenir de la investigación del juez federal Sebastián Casanello puede salpicarla. Ayer, Leonardo Fariña, quien se acogió a la figura del arrepentido, dio detalles y domicilios donde en teoría había documentación sobre el “lavado de activos”.

En el kirchnerismo consideran que cuanto más la acorralen, más la favorecerán políticamente. “A Mauricio Macri no le conviene que ella vaya presa”, consideró un importante dirigente del FpV. En ese espacio político piensan, incluso, que si la economía no marcha bien el futuro político de Cristina Kirchner volverá a valorizarse.