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El jefe de Gabineteanticipó hoy la despedida de 12 años de gobiernokirchnerista, al realizar esta mañana su última conferencia de prensa Galería de fotos

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Anbal Fernndez. | Cedoc

El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, anticipó hoy la despedida de 12 años de gobierno kirchnerista, al realizar esta mañana su última conferencia de prensa en la que, para no perder la costumbre, defendió enfáticamente las posiciones del oficialismo, discutió con los periodistas y, minutos más tarde, ya sin las luces de las cámaras, tomó mate y charló distendido de la coyuntura nacional.

Fernández inició este tipo de contactos en diciembre pasado, cuando regresó al Poder Ejecutivo, como secretario general de la Presidencia, siempre en el horario marcial de las 6.45, aunque el lugar físico sería en las rejas de entrada de la Casa Rosada.

Luego, en febrero, volvió a la jefatura de Gabinete, en lugar del chaqueño Jorge Capitanich, y quedó como único vocero cotidiano del Gobierno, hasta el día de la fecha, en que dio las hurras, asegurando un más que pronto volver, desde un lugar que no precisó demasiado. 

Con el paso del tiempo y las inclemencias invernales, el encuentro se fue corriendo hacia la explanada del edificio oficial y, finalmente, hacia el Salón de los Bustos, escenario de la despedida de la fecha.


En todo este tiempo, debe reconocerse la constancia del funcionario: siempre descendiendo del automóvil en movimiento, con el saco en la mano, en un estilo corajudo símil cowboy del Lejano Oeste para, segundos después, adentrarse en el enjambre de periodistas.

Fue en esa convivencia diaria que el ministro coordinador anunció su voluntad de ser presidente y luego, viendo la realidad de los números, la de ser gobernador. En ese recorrido pronosticó una amplia victoria interna sobre Julián Domínguez-Fernando Espinoza, que terminó siendo exigua, y luego admitió la dura e inesperada derrota ante María Eugenia Vidal. Sólo se lo vio nervioso en la semana posterior a la denuncia televisiva que lo incluía como instigador del triple crimen de General Rodríguez y que, según él, terminó por derrumbar sus chances electorales.

Pero siempre cumplió con el rito de quedarse unos minutos, luego de la conferencia, conversando con los periodistas, en donde mostró una faceta mucho más accesible y hasta dicharachera, siempre bajo el entorno de Pedro, el colega que ceba mates, Vanesa, su encargada de prensa, y Gloria, la coordinadora de Gobierno.

En ese marco, fustigó, bromeó, volvió a contestar, y recordó anécdotas con Néstor Kirchner que merecerían ingresar en una biografía muy autorizada.

Hasta hoy, que lo encontró defendiendo la decisión de la Presidenta de no asistir a la ceremonia de traspaso, y con el anuncio fuera de micrófono, bien a su tono, de que nada ha terminado: "Estoy trabajando en algo, siempre en política, que no puedo adelantar", dijo misterioso. Y tomó su portafolio y se fue. 

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(*) Agencia DYN