Mañana, dos días antes del cumpleaños 61 de Cristina Kirchner, el Gobierno terminará de cerrar años de debate y discusión sobre la Ley de Medios: aprobará la división del Grupo Clarín en seis empresas que deberían empezar a funcionar de forma independiente entre sí. A pesar de lo que se apruebe mañana, el Grupo tendrá seis meses para confirmar quiénes serán los nuevos dueños de cada una de sus compañías.
Y los máximos directivos del multimedios ya advirtieron en diversas reuniones de esta semana que la reorganización accionaria del Grupo dependerá de un factor externo a la compañía: el destino de Telefe.
Ocurre que la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual no tratará mañana el plan que presentó Telefónica para ajustarse a la Ley. Se estima que lo hará el próximo lunes 24 o en marzo. Argumentan que aún hay detalles no cerrados. Quizá por eso esta semana hubo visitas de emisarios de Telefónica a la Afsca. “Vienen todos los días”, confirman en el organismo, pero “no por el tema de Telefe”, ironizan.
El dictamen de la Afsca sobre Telefónica es clave para el Grupo Clarín. La empresa española incumple la Ley en una cuestion fundamental: tiene una licencia de TV abierta, Telefe, y además provee un servicio público (telefonía). Sus dueños aseguran que se trata de dos compañías “independientes”, pero para el Gobierno es una situación irregular. Al menos, eso dejan trascender. Aseguran también –lo dice claramente la Ley– que deberán obligar a Telefónica a vender Telefe. Pero la decisión final no se toma y la resolución se sigue postergando.
Por eso, dentro del multimedios temen que el Gobierno finalmente no “será justo” con Telefónica y no la obligará a vender Telefe. Apenas le exigirá que se desprenda de algunas señales del interior.
“Una vez que resuelvan la cuestión de Telefe, vamos a ver cómo resolvemos la nuestra”, adelantan dentro de Clarín, y aclaran que no presentarán a sus nuevos accionistas hasta ver qué criterio tendrá el Gobierno con las demás empresas.
Tres pelotas. Si el Gobierno decidiera obligar a Telefónica a desprenderse de Telefe para no reabrir una guerra con Clarín (que ya prepara argumentos legales), la gran pregunta sería cuánto cuesta una empresa obligada a adecuarse y quiénes son sus posibles compradores.
Es cierto que el mercado repite que el Grupo Indalo, de el empresario oficialista Cristóbal López, podría quedarse con la señal, pero dentro de la compañía lo niegan. “Absorber una empresa de 1.700 empleados que no dá plata no nos interesa”, despistan, al menos, por ahora.
Un ex directivo de Telefe presenció a fines de 2013 una serie de reuniones donde la Turner Broadcasting, ofreció producir contenidos para el canal pero además expresó su interés en quedarse con la compañía. “Si se pone en venta, estamos dispuestos a conversar”, escuchó.
Turner es una de las mayores productoras de contenido de la región con diversas señales muy conocidas en Argentina: CNN, TNT, Warner TV, Space y Cartoon Network, entre otras.
Es una de las pocas compañías con escala y fondos suficientes para comprar Telefe. Es difícil estimar el valor de su activo, pero dentro de la empresa dicen que venderían por no menos de U$S 400 millones. El mercado, en cambio, opina que si es obligada a vender, no vale más de U$S 150 millones.
En 2010, Turner compró el canal de TV más rentable de Chile, Chilevisión, que pertenecía a la familia de Sebastián Piñera, por unos U$S 140 millones. La operación confirmó el interés de la compañía en apostar por la TV abierta de la región. Aunque, en realidad, todavía habrá que esperar hasta mediados de año para saber cómo cambiará el mapa de medios en la Argentina