El día del deshielo llegó. Después de algunas falsas alarmas y por motivos impostergables, pero llegó. Hace una semana, los incidentes previos al referéndum en Bolivia cancelaron el viaje de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que evitó así dejar al vicepresidente Julio Cobos en el sillón de Rivadavia por unas horas, de vuelta tras su visita fugaz de megaestrella de la política a la exposición de la Sociedad Rural. Pero como las cancelaciones no pueden durar para siempre y hay compromisos también fuera de la Argentina, Cobos tendrá que quedarse hasta mañana en el máximo cargo del país. Después volverá al "freezer" político en el que lo guardan desde que dio su voto contra las retenciones en el Senado.
En su primer acto como presidente, Cobos presentó un libro en el Congreso de la Nación. La Presidenta partió esta tarde hacia Asunción, donde Fernando Lugo, un ex obispo católico elegido presidente el 20 de abril, asumirá la primera magistratura de Paraguay.
Como parte de las actividades del traspaso de poder, Cristina Kirchner participará de una recepción del canciller y una "cena ofrecida por el señor Presidente de la República, Nicanor Duarte Frutos, en honor de los señores Presidentes, Vicepresidentes y Príncipes Herederos". Mañana a la mañana, a las 8.30, se hará el juramento del nuevo presidente, Fernando Lugo. Luego jurará el gabinete de ministros, habrá un desfile militar, el nuevo presidente ofrecerá un almuerzo a los mandatarios extranjeros, y para las 4 de la tarde está previsto el regreso de las delegaciones.
Queda por comprobar si la presidenta de la Argentina esperará hasta esa hora para regregar a nuestro país, o se evitará alguna parte del protocolo para llegar antes a la Casa Rosada y evitar así que Julio Cobos pueda firmar algún decreto. Después de todo, como presidente del Senado ya hizo de las suyas.