En Olivos ya lo llaman el
Banco Central de la República Kirchnerista (BCRK). Lo quieren convertir en un
banco de desarrollo.
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Cedoc
Los voceros que salen de Olivos los presentan como hechos consumados. Los Kirchner, por fin, capturaron el Banco Central, anuncian como para que no queden dudas. Efectivamente, como anticipó NOTICIAS la semana pasada, van por los 18.000 millones de dólares de las reservas supuestamente “excedentes” o “disponibles”, no sólo por los 6.500 millones del Fondo del Bicentenario. El BCRK –el Banco Central de la República Kirchnerista, según el principal operador del ex presidente– será presentado, a partir de ahora, como un banco de fomento del “crédito”, el “empleo” y el “desarrollo”, los tres términos que se emplearán en el texto de la reforma de la Carta Orgánica.
En realidad, la reciclada entidad tomará parte de los depósitos de los ahorristas en todo el sistema financiero –la que no se presta y forma parte del “encaje” respaldatorio de su valor–, para financiar el déficit del Gobierno.
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El Ministerio de Economía será apenas un apéndice de la nueva estrategia “ desarrollista” y “productivista” (y probablemente ya no sea Amado Boudou su titular sino Deborah Giorgi). El plan en marcha apunta, principalmente, a asegurar los recursos para la campaña electoral del 2011. “Es el golpe político más exitoso de Kirchner desde la estatización de las AFJP”, se regodea uno de sus principales ministros.
