Zelaya llegó a Tegucigalpa. Es un hecho que tomó por sorpresa al Mundo. Nadie lo creía y los rumores se esparcían en todos los despachos, los celulares sonaban y las misiones en Nueva York empezaban a pasar “el dato”. Ni Micheletti, que en público salió a negar la noticia, lo creía. Inclusive en la Secretaria de Estado de Estados Unidos la sorpresa era mayúscula, había discusiones y el vocero Ian Kelly decía que se analizaban los próximos pasos a seguir, aunque se pedía calma y que no haya violencia.
Micheletti anunciaba a los periodistas en el palacio de Tegucigalpa que los rumores eran falsos, “que Zelaya no estaba en el país”, y que si venía, un comando militar estaba preparado para “meterlo preso”.
Pero si bien todos creían que estaba Zelaya en un edificio de la ONU, dicha versión se fue disipando cuando la esposa del derrocado presidente confirmó que estaba en la Embajada del Brasil en la capital hondureña.
Luego vinieron las fotos, el público, las corridas, y la confirmación. Zelaya comenzó entonces a dialogar internacionalmente con los medios. Se ubicó en una sala de reuniones de la embajada, y con su clásico sombrero llamó a los principales medios del continente. Primero fue con Telesur, luego con la CNN en Español, y así siguió toda la tarde con varios diarios. También salió a un patio de la residencia, y pidió calma. “Vengo a negociar para reestablecer la democracia en nuestro país” dijo Zelaya.
Dijo que viajó durante 15 horas, y que lo “ayudaron”, aunque dijo que no iba a relatar detalles íntimos de como fue que volvió. Solo dijo que viajó durante 15 horas, en las montañas, que se recorrió media Honduras y que por momentos tuvo que esperar porque había muchos “retenes militares”.
“No quiero que castiguen a la gente que me ayudó” dijo Zelaya, quien confirmó que viajó en camiones, autos, y lentamente fue llegando a la capital hondureña.
La OEA llamó a una reunión de emergencia apenas conocida la noticia. Insulza podría viajar en las próximas horas. El secretario general de la OEA pidió al gobierno de facto velar por la seguridad del presidente hondureño mientras se definen los próximos pasos en una reunión extraordinaria del Consejo permanente que se está iniciando caída la tarde de Washington.
(*) Especial para Perfil.com