Luis D´Elía no vive su mejor momento en el proyecto kirchnerista. El conflicto con el campo, en el que fue protagonista defediendo a Cristina en las calles y a las trompadas si era necesario, lo desgastó, y los nuevos cambios en la gestión CFK, con el ingreso de Sergio Massa como jefe de Gabinete que promete dar una imágen más cuidada al Gobierno, parecen reservarle un lugar marginado dentro de la estructura de poder.
Él no lo considera así, y llama a la "reflexión política", por lo que envió una carta abierta a los medios de comunicación en la que insta a dejar de lado lo que el define como "progresismo blanco", para encarar de una buena vez un "nacionalismo popular".
"Estamos en el hall del Palacio San Martín, preludiando la llegada de los presidentes de Argentina y Brasil, y entre canapés y alguna copa de Felipe Ruttini, me encuentro con Martín Sabatella, cara a cara, y me descerraja una primera frase que me golpea y me llama a la reflexión: ´ Mirá, negro, yo creo que el progresismo blanco, permitido por el sistema, no sirve para un carajo´…", comienza diciendo, impregnado ironía, D´Elía en su columna. Esa frase, afirma, quedó flotando en su mente y lo transformó "en una especie de kung-fu de la política"". Fue el disparador de este desesperado mensaje a la sociedad en general, y al Gobierno en particular.
Luego, con sorna, se burla de la estética del progresismo: "Recuerdo que, en general, esos tipos eran honestos, sin grandes convicciones, la mayoría de ellos con educación universitaria. Su estética, un tanto escuálida , en general son flacos, blancos, siempre de corbata, y de fuerte pertenencia cultural de corte pequeñoburguesa", ilustra y suma detalles: "Modestos administradores, enemigos de cualquier uso semántico que altere la sacrosanta moderación, muy lejos de los pobres, con buenos vínculos con los organismos de Derechos Humanos, lectores del Gabo, absolutamente eclécticos en economía". Lo llamativo es que ese look es hoy el que embebe de a poco al Gobierno, tras el cambio de perfil urgido post retenciones, que dejó a D´Elía en off side.
El titular de la Federación Tierra y Vivienda no lo entiende así. En diálogo telefónico con Perfil.com, D´Elía dijo que no se siente relegado en el Gobierno y personificó al "progresismo blanco" en la figura de Aníbal Ibarra. ¿No vincula también a la oposición en sus críticas? "No, es sólo con Aníbal Ibarra", se encargó de aclarar sin vueltas y agregó que no le gusta lo que él porteño representa. "Yo estoy orgulloso del gobierno de Cristina, que criticó a los que buscan un gobierno light", aseveró. Sobre el acercamiento de este progresismo blanco que el ataca al Gobierno, sólo se limitó a decir: "No me consta".
Profundización del cambio. El piquetero incluso se anima a marcar los pasos que el proyecto K debe seguir. "Necesitamos recrear un nacionalismo popular y transformador (si digo revolucionario se van a asustar las clases medias) ". Y defiende el look popular de su movimiento: "Tenemos nuestra estética, que va desde la hermosa pendeja militante de la universidad hasta las gordas de nuestros comedores comunitarios. Todos, absolutamente alejados de la estética escuálida y de los estúpidos yuppies de la city".
Por último, D´Elía se despacha contra su jefe político, Néstor Kirchner, por su reunión con Reutemann. "Hablando de traidores (y ojo que me refiero al corredor de fórmula uno), en el día de ayer me tocó vivir una paradoja fenomenal: mientras Néstor Kirchner recibía a Reuteman en Olivos, para recomponer la relación, yo visitaba el Palacio de los Tribunales convocado a una indagatoria judicial, a explicar los resabios de nuestra defensa irrestricta del gobierno de Cristina Fernández", afirma el piquetero, con cierto celo político, y concluye de manera terminante: " Según muchos progresistas, los movimientos sociales les afeamos sus listas. ¡Qué va 'chaché!".
La columna de opinión de Luis D´Elía, que se publica cada 15 días en el diario BAE según explicó él mismo, reafirma en el fondo lo que puede observarse en el último mes de gestión: las organizaciones sociales han perdido protagonismo, aunque el piquetero prefiera no decirlo en esas palabras.
Hoy lo importante para Néstor Kirchner es tejer alianzas en el Congreso, reconstruir el peronismo pensando en 2009. "No vaya a ser que los que pusimos el pecho seamos variable de ajuste de algunos vivos de siempre”, saltó hace un mes D´Elía, sin saber que anunciaba una profesía autocumplida. Hoy expresa su bronca en una carta abierta, indirectamente pide protagonismo aunque niega haberlo perdido y genera polémica, como siempre.