Tortugas, Hurlingham y Palermo. Los tres campeonatos de mayor handicap del polo mundial son conocidos como la “Triple Corona”. El máximo anhelo de cualquier jugador es coronarse en estos tres torneos. Para los dirigentes de Cambiemos, este término tiene un sentido distinto, porque fue el mote que eligieron para referirse durante la campaña a la triple victoria que hoy se confirma: Nación, Provincia de Buenos Aires y Ciudad.
En total, el frente opositor tendrá, a partir de diciembre, el control del 80% de los recursos presupuestarios nacionales si a la “Triple Corona” se suma el aporte –más modesto, por cierto– de las tres gobernaciones radicales: Mendoza, Jujuy y Corrientes. La caja, dejó de ser una herramienta preponderantemente justicialista tras 12 años de hegemonía. De hecho, el presupuesto de las 16 provincias que retiene el peronismo en todas sus vertientes (FPV y Peronismo Federal), tan solo concentran el 16% del agregado presupuestario nacional.
El panorama de poder nacional se completa con las tres provincias gobernadas por el Partido Socialista, el Movimiento Popular Neuquino y el Frente Grande (Santa Fe, Neuquén y Río Negro, respectivamente), que suman poco menos del 3% de los presupuestos agregados de Nación y las 24 provincias.
Pero cumplir un sueño como el de la Triple Corona trae aparejado un desafío igualmente mayúsculo, el de la gobernabilidad. Cambiemos ya logró desbancar el mito de la invencibilidad de los barones del Conurbano; el mito de la preeminencia del peronismo en la provincia de Buenos Aires; y, desde ayer, el de la invencibilidad del kirchnerismo en elecciones ejecutivas nacionales. Ahora, Cambiemos deberá enfrentar aquel postulado que sostiene la imposibilidad para cualquier gobierno no peronista de cumplir, en tiempo y forma, su mandato.
El primer paso será el de cubrir todos los puestos políticos que demanda la administración de la Nación y los dos principales distritos del país. Los cálculos, dependiendo del nivel administrativo que se quiera cubrir con tropa propia, apuntan a que se necesitarán entre 10 y 15 mil funcionarios para gestionar la “Triple Corona”.
Otro modo de ver el reto de gestión que enfrentará Cambiemos es relevar la cantidad de empleados públicos que tendrán a su cargo. Las cinco provincias suman, según datos elaborados por la Asociación de Trabajadores del Estado en 2013, 1 millón 54 mil dependientes. La administración nacional alcanza cerca de 450 mil empleados, si se toman en cuenta todas las modalidades de contratación existentes. En consecuencia, parte del desafío de gestión que enfrentará Cambiemos será el de orientar el trabajo de nada menos que un millón y medio de almas.