Exultantes, los nuevos disidentes de la CGT colmaron el auditorio de la Unión de Trabajadores Gastronómicos (UTGRA) en la calle Salta del porteño barrio de Constitución. No era un día más para los acólitos barrionuevistas. Por la mañana, después del fallido intento de presentar una lista opositora a la de Hugo Moyano en la CGT, el gremio que dirige Luis Barrionuevo optó por rendirse frente a la competencia y dirimir el enfrentamiento "desde afuera", junto con gremios aliados.
A las cuatro de la tarde Barrionuevo resolvió presentarse, irascible, con una propuesta distante que por momentos sonó conciliadora. En un fragmento de su discurso - con referencias a José Ignacio Rucci, sindicalista asesinato en los 70 - la cara visible de gastronómicos instó a Cristina Fernández a quitarse "de encima a algunos funcionarios" y anunció: "desde ese momento el gobierno nacional tendrá todo nuestro apoyo".
El acto, que incluyó alguno de los típicos condimentos de la mística peronista, tuvo en su apertura el himno nacional argentino y sobre el cierre la clásica Marcha peronista entonada por los presentes con mucha efervescencia. Sobre el final, la seguridad del lugar - a cargo del propio gremio - no pudo contener a los insistentes periodistas que realizaban la cobertura, que terminaron rodeando a Barrionuevo negándole todo tipo de movilidad. Y si bien el dato es menor, no deja de ser pintoresco: un hombre que tiraba cables para su canal cayó de una mesa mientras el sindicalista despedía a los periodistas.
Algo improvisado, el lanzamiento paralelo se organizó poco después del mediodía. Rapidez que puede explicar la ausencia de bombos, volantes, banderas y retratos de Eva Duarte y Juan Perón, íconos infaltables en cualquier auténtico acto peronista que faltaron para la ocasión, aunque no lograron empañar la trascendencia que le dieron los propios medios: tres cámaras fijas, dos en los vértices del escenario, siguieron de cerca el discurso de Barrionuevo y los sindicalistas que lo flanqueban. Unos siete fotográfos, en tanto, apuntaron su flashes al centro para capturar la imagen del líder sindical. Las cámaras también remarcaron algunas ausencias algo llamativas como la de la diputada Graciela Camaño, esposa de Barrionuevo y que no estaba en el lugar.
*Redactor de Perfil.com.