Horacio Rodríguez Larreta pasa momentos difíciles: al enfrentamiento con el oficialismo y la lucha contra la pandemia, se le suma la contención y la búsqueda de acuerdos dentro de Juntos por el Cambio, en especial un gesto de acercamiento a los intendentes.
En ese marco, Larreta pasó el jueves a visitar, a solas, a Mauricio Macri. Junto al ex presidente fueron dos actores clave para que la oposición ofrezca una contra propuesta al Frente de Todos para posponer las PASO con una cláusula para impedir que el Gobierno las suspenda. En el encuentro con el ex presidente, el jefe de Gobierno repasó las implicancias de la pandemia y reforzaron, en coincidencia, que era mejor postergar las primarias que arriesgarse a otra movida del FdT con sus mayorías ajustadas en el Congreso.
Pero no solo Macri estuvo con Larreta. En esas 36 horas estuvo con tres de los cuatro intendentes bonaerenses que crearon el Grupo Dorrego, el foro de municipios del PRO. En todos los casos, les transmitió que las escuelas será “lo último en cerrar” en la Ciudad ya que se trata de una “bandera” de Juntos por el Cambio. Incluso, analiza más restricciones si aumentan los casos – aunque ve una meseta debajo de los 3.000 casos en la última semana -, que podrían llevar a horarios acotados para actividades comerciales. Pero la educación seguirá como “prioridad”.
Otro eje que les expresó es un pedido para que “jueguen en equipo” con los otros intendentes y con dirigentes de JxC. El Grupo Dorrego nació con cuatro miembros y luego se extendió a nueve. Hoy son más de quince. También, el jefe de Gobierno pretende “ampliar” el espacio opositor sin dejar de lado a quienes ya pisan fuerte. Por eso quiere involucrar a Macri y a Patricia Bullrich en el esquema de poder. Todos adentro, es su máxima.
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Uno de ellos fue Néstor Grindetti, de Lanús, con quien estuvo repasando el armado político de la tercera sección electoral. En particular, observaron el trabajo político de un grupo de dirigentes peronistas no kirchneristas bajo la agrupación “Hacemos” cuya cara visible es Diego Kravetz, el jefe de gabinete de Grindetti.
También Larreta estuvo, en el tercer piso de la sede gubernamental de la calle Uspallata, con Julio Garro, de La Plata, quien venía muy enojado por la falta de información sobre la pandemia de parte de la gobernación bonaerense. En particular: se enteró por un tweet de Daniel Gollán que en su distrito había una alta incidencia de la cepa de Manaos.
Otro de ellos es Diego Valenzuela, de Tres de Febrero, con quien caminó por Fuerte Apache, junto al secretario General porteño, Fernando Straface y el subsecretario Lucas Delfino, y luego se fueron solos a tomar un café a una estación de servicio cercana a la General Paz. La caminata tenía una explicación política: los intendentes quieren ir por el voto popular, no solo el de clase media.
Hablaron de los problemas que había ocasionado el coronavirus y coincidieron en defender las PASO como mecanismo para dirimir candidaturas nacionales y locales. Quedó flotando el rol que deberían tener tanto Emilio Monzó como el PJ que anima Miguel Pichetto. Ambos quieren que estén “adentro” pero no están claras las condiciones. Más aún dada la resistencia de algunos actores bonaerenses. Por caso, Jorge Macri, quien resiste a Monzó al igual que el posible desembarco de Santilli. Esta semana uno de los colaboradores del intendente de Vicente López ya lanzó que podría ser candidato a diputado este año.
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De todas formas el intendente de Tres de Febrero es uno de los más aperturistas. Acaso por ello ya había estado con el vicejefe porteño y también con Cristian Ritondo, el jefe del bloque del PRO.
En ese marco, también Larreta y Valenzuela comentaron una reunión que tuvieron los intendentes con María Eugenia Vidal, donde la ex gobernadora planteó que haría “campaña de un lado y del otro de la General Paz” pero que aún no había definido si sería candidata. El jefe de Gobierno repite que hay que, si bien su anhelo es que sea candidata, no hay que presionarla. Pero tiene en Santilli su plan B.
Paralelamente, la tensión con el oficialismo no cesa. Los lazos con la Casa Rosada siguen pasando por un mal momento. A la carta de la cartera de Seguridad pidiendo “reforzar” controles, que fue tomada como una ofensa (¿hubo una carta similar a algún intendente del conurbano?), anteayer el jefe comunal le pidió a su gabinete que no salga a criticar al PAMI, en medio de la polémica por la vacunación. En rigor, Larreta solo solicitó que salgan a explicar lo que ocurrió a su jefe de gabinete, Felipe Miguel, y al ministro de Salud, Fernán Quirós. Pese a la tregua de ayer con el PAMI, Larreta tuvo un nuevo frente en medio de la pandemia.