La Cámara Federal ratificó el procesamiento del maquinista Julio César Benítez, quién conducía el tren Sarmiento en octubre de 2013, cuando el coche descarrló al llegar a la estación de Once y dejó a 105 heridos. El episodio reavivó el dolor de las víctimas por la tragedia del año anterior, que dejó 51 muertes en la misma estación.
Ahora, la Sala II de la Cámara confirmó que los delitos que pesan sobre Benitez son los de descarrilamiento culposo agravado por haber causado lesiones a 105 personas y sustracción de medios de prueba. De esta forma, el maquinista quedó al borde del juicio oral y público.
"La colisión del tren se produjo a consecuencia de un -cuanto menos- imprudente manejo de la formación por parte de Benítez", concluyeron los camaristas Horacio Cattani, Eduardo Farah y Martín Irurzun, según cosignó la agencia DyN. Los magistrados agregaron que "las circunstancias particulares del evento -y no precisamente su habilidad- evitaron que las consecuencias fueran de una gravedad mayor".
El choque ocurrió a las 7:30 del sábado 19 de octubre de 2013 cuando Benítez conducía el tren chapa 5 que chocó en la estación de Once y dejó más de cien heridos, tras lo cuál intentó llevarse el disco rígido donde estaba registrada la filmación de la cabina.
El disco fue encontrado en la mochila del motorman con rastros de sangre pero las imágenes nunca se pudieron recuperar por las rayaduras y el daño que tenían.
El choque recordó al anterior ocurrido el 22 de febrero de 2012 cuando otro tren de la línea Sarmiento también chocó con un andén de la estación de Once y dejó 51 muertos, una de ellas embarazada, y más de 700 heridos.
Por ese hecho son juzgados actualmente los exsecretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, el dueño de la exTrenes de Buenos Aires (TBA), Claudio Cirigliano, y el motorman Marcos Antonio Córdoba, entre otros.
"Las constataciones y registros dan cuenta que en los últimos metros, no existió aplicación de ninguno de los frenos disponibles, derivándose de tales constancias que la velocidad de ingreso a la estación fue exactamente la misma que la velocidad del impacto", sostuvo la Cámara sobre la actuación de Benítez.
Y, agregó que el guarda del tren declaró que Benítez "en ningún momento activó los frenos. Tampoco redujo la velocidad", al igual que los pasajeros que coincidieron en la rapidez con la que iba la formación.
En su indagatoria Benítez había dicho que no recordaba el choque porque durante el trayecto fue sintiendo una "sensación de ahogo" que se repetía constantemente. "No recuerdo ni siquiera en qué estaciones paré, ni cómo paré", le había dicho Benítez al juez Ariel Lijo cuando fue indagado.
Pero la Cámara rechazó un posible problema de salud del motorman porque está "establecido que durante gran parte del trayecto desde Moreno a Once, Benítez condujo la formación en exceso de velocidad y con aplicaciones bruscas de sus frenos".
"Sin deficiencias técnicas acreditadas, en condiciones meteorológicas por demás favorables y sin rastros de dificultades físicas o neurológicas, su conductor ingresó a la cabecera en evidente exceso de velocidad y, sin haber mediado aplicación de los frenos disponibles y a su alcance, dirigió la formación al punto del impacto con las consecuencias conocidas", concluyeron los camaristas.