POLITICA
alerta Covid

Contagios, cortes y una nueva pelea con el campo enfrían el PBI

El ritmo de crecimiento de la economía en el comienzo del año se topó con sorpresas inesperadas que pondrían un freno al pronóstico del Gobierno de crecer 4%.

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Turismo. La temporada bate récords pero crece el ritmo de contagios y preocupa el nivel de actividad. | NA

Sobre llovido, mojado. El ritmo de los contagios de Covid-19, que ayer totalizaron 96.652 casos, golpea directamente en los niveles de presentismo laboral y el Gobierno teme que la recuperación económica del primer trimestre sufra una crisis.

Si hay crecimiento económico o solo rebote es el gran desafío que enfrentará la economía este año. Para el Gobierno, el PBI se incrementará un 4% este año pero hubo un comienzo con varias sorpresas que golpearon directo al motor de la economía. Por un lado, la virulencia de los contagios, que ya representan el 30% de ausentismo y provocan que muchas regiones estén en zona crítica.

La velocidad de esos contagios da vértigo, ya que en las primeras semanas de este año el ausentismo únicamente rozaba el 7%. El impacto es tan fuerte en el nivel de actividad que el Gobierno se reunió con los empresarios y los gremios y, tras ese encuentro, aprobó los testeos privados y modificó el protocolo covid.  

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Pero además, los cortes de luz que llevaron al Gobierno a pedir restricciones en el uso energético también podrían jaquear la producción que, sin energía, no funciona.

Muchas empresas les reclaman a las distribuidoras por los daños que provocaron esos cortes en más de, por ejemplo, 8 mil comercios que quedaron a oscuras. Lo mismo que padecieron más de 100 mil usuarios que llegaron ayer a quedarse sin luz en el AMBA porque la demanda eléctrica superó el récord histórico para un sábado.

Por si los contagios y los cortes fueran poca cosa, a la hora de hablar de crecimiento económico también esta semana se reavivó una antigua tensión entre el Gobierno y el campo. Hubo una fractura dentro del Consejo Agroindustrial que dejó, una vez más al desnudo, cómo la política atraviesa las discusiones en torno a las medidas que deben tomarse en un sector que genera divisas genuinas.

La generación de nuevos puestos de trabajo dependerá de la suba en la producción 2022

En definitiva, crecer o no crecer este año significará ni más ni menos que la posibilidad de generar o no empleo, más allá de las discusiones que se abrirán en breve en torno a las paritarias 2022.

En esta edición, tanto el presidente de la Unión Industrial, Daniel Funes de Rioja, como uno de los timoneles de la CGT, Marcos Acuña, coinciden en lo troncal que será la generación de empleo para la pospandemia.

También coincidieron en el embate de la variante ómicron en el nivel de actividad y, aunque con matices, ambos reclamaron que se acelerara el acuerdo con el FMI.

El acuerdo con el Fondo le pondría un horizonte al rumbo económico que tendrá 2022, y los tiempos se achican. Entre otras razones, por eso el martes el canciller Santiago Cafiero viajará a los Estados Unidos para buscar clemencia por parte del gobierno de Joe Biden dentro del directorio del FMI. Ocurrirá la misma semana en que un nuevo referente del Fondo llegará a Buenos Aires para supervisar la negociación con el Gobierno que, a su vez, deberá afrontar vencimientos en los primeros tres meses de este año por cerca de 4 mil millones de dólares.

Justamente entre los reclamos del organismo internacional de crédito, el crecimiento de la economía y contener la inflación son algunos de los puntos claves. Pero no así las políticas laborales como, por ejemplo, una reforma de las leyes de trabajo, algo que sí estuvo en el radar del FMI en otros tiempos.

El tema laboral, sin embargo, no dejará de provocar asperezas este año, más aún si el nivel de actividad productiva se resiente, antes de comenzar las paritarias 2022.

“No quiero que los empresarios ganen mucho en el corto plazo y que el pueblo pase hambre”, disparó Acuña en relación con un posible ajuste generado por el acuerdo con el FMI.

Funes de Rioja, desde la UIA, ya dejó en claro que “no hay premisas sino negociaciones donde hay que encontrar un punto que contemple expectativas salariales de los trabajadores y sus sindicatos y posibilidades reales de la actividad respectiva”.