“¡No sean boludos! No vayan porque los van a usar. Va a bajar Cristina, se va a sacar una foto con ustedes y los va a engrampar”, les advirtió Elisa Carrió a los integrantes de la Coalición Cívica (CC) después de enterarse de que el Gobierno había aceptado las condiciones del radicalismo.
La Coalición pegó el faltazo al encuentro, pero las predicciones de Carrió volvieron a defraudar: la Presidenta no estuvo en la reunión y además la foto del encuentro mostraba al radicalismo, al cobismo y a Margarita Stolbizer unidos ante la convocatoria del Gobierno. Mientras el panradicalismo visitaba la Casa Rosada -en una clara aspiración a ser el 2011 la opción electoral del kirchnerismo-, Carrió partía de vacaciones.
Mea culpa. Antes de irse, Lilita reunió a su troupe de legisladores para dejarles un mensaje: “Chicos, ya saben: de ahora en más se atrincheran en el Congreso que es el único lugar con garantías en este país. No nos prestemos a la nueva trampa del Gobierno”.
Algunos -que creían positivo prestarse al diálogo, una antigua demanda de la oposición al oficialismo- la miraron sorprendidos. Por lo bajo afirman que, después de la derrota electoral en la Ciudad de Buenos Aires, “Carrió debería escuchar otras voces del partido”.