POLITICA
presion de los uniformados

Crece la tensión interna en la Gendarmería y afecta a Berni

Inquietud en un sector del Gobierno por el papel de la fuerza en el control de los conflictos. CFK lo respalda a pesar de las críticas.

Apoyo. La Presidenta defiende las políticas de su secretario.
| Cedoc

A los 52 años, el secretario de Seguridad y hombre de confianza de Cristina Kirchner a la hora de aplicar la “mano dura” del oficialismo, Sergio Berni, quedó en el centro de la polémica por el video que muestra a un gendarme arrojándose sobre un auto para simular ser atropellado por manifestantes. El episodio, ocurrido el 30 de julio, saltó a la luz esta semana. Ayer, sin desparpajo, Berni defendió al oficial Juan Alberto López Torales y afirmó que actuó conforme a la ley.

Sin embargo, en la Casa Rosada se encendieron las sirenas: ¿el funcionario tiene bajo control a la fuerza? ¿Puede afrontar las internas? Algunos uniformados están agotados de tener que estar en los focos de conflicto cuando deberían estar en las fronteras. El secretario de Seguridad los utiliza tanto para recuperar el “orden público” –un pedido que le hizo Cristina– como para desalojar un asentamiento infiltrado por narcos. Por eso se cree que el video que muestra al gendarme “carancho” fue filtrado por un hombre de la Gendarmería (ver página 8). Entre los integrantes también hay malestar por los salarios. Si bien en junio se dispuso por decreto un aumento de 28%, los gendarmes no estarían del todo conformes.

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Otra queja de algunos gendarmes es que Berni los utiliza para hacer su “show” personal: les detalla hasta cómo se tienen que parar y les adelanta a los canales de televisión cuándo aparecerá colgado de un helicóptero para supervisar los operativos. Es por eso que su figura creció en conocimiento y hasta hubo quienes lo entusiasmaron para que fuera candidato a gobernador o a jefe de Gobierno porteño.

En el Gobierno están contentos con lo que mide en las encuestas. Creen que dice y hace lo que le gusta oír y ver a gran parte de la clase media. Tiene el respaldo total de Cristina Kirchner, acceso directo a Olivos, y más poder que la ministra, María Cecilia Rodríguez. Sus asesores dicen que no tendrá ningún problema por este incidente. Lo mismo aseguran sus detractores. Pero tiene internas con el ala progresista del Poder Ejecutivo. El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) –histórico aliado del kirchnerismo– difundió un comunicado que se titula “Las prácticas policiales violentas son contradictorias con la ampliación de derechos” en el que se cuestiona el accionar de Berni y la Gendarmería. “En los últimos meses hubo regresiones graves en materia del Gobierno de las fuerzas de seguridad a nivel federal”, dice el informe. Su presidente, el periodista Horacio Verbitsky, advirtió en el diario Página/12 que el que estuvo a cargo del operativo que terminó con el gendarme “carancho” fue Roberto Galeano, un ex espía simpatizante de los carapintadas pasado a retiro por Nilda Garré y recuperado por Berni.

“Es mi amigo”, reconoció el funcionario ayer en televisión. Berni frenó la ley antipiquetes que promovía el kirchnerismo en el Congreso y eso disgustó a los diputados oficialistas.

El secretario sostiene que no se puede regular algo que está prohibido por el Código Penal. Y su palabra, por ahora, pesó más.

 

“Se respetaron los protocolos”

El polémico operativo que se realizó el 30 de julio en la Panamericana cuando un gendarme se arrojó sobre un automóvil y simuló ser atropellado para detener al conductor, fue respaldado en el Ministerio de Seguridad que comanda María Cecilia Rodríguez. También justifican el extraño rol del coronel retirado Roberto Galeano. “Se respetaron los protocolos de actuación que están elaborados para este tipo de casos. El comandante de Gendarmería se tiró sobre el auto por una orden superior. Fue una estrategia para frenar a un auto que iba a ocasionar disturbios”, explicó a PERFIL un funcionario cercano a Rodríguez. Respecto a Galeano aseguró que “es un funcionario de este ministerio que cumplía el rol de negociador y veedor, tal como se establece en un protocolo para el uso del poder del Estado para desarticular las manifestaciones públicas, que fue firmado por todas las provincias”. Más allá de los testimonios, que ilustran la visión oficial, dentro del Ministerio de Seguridad hubo cuestionamientos por el “desastroso” operativo y las repercusiones. De todas maneras, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, no impondrá sanciones y “va a defender la propia tropa, no va a entregar a nadie a la picadora de carne”, aseguró un íntimo del teniente coronel médico.