VANCOUVER, Canadá.- La presidenta Cristina Fernández defendió ayer el modelo económico aplicado desde 2003 en la Argentina, rechazó las "viejas recetas de ajuste" para enfrentar la crisis global y cuestionó la gestión de Fernando de la Rua que intentó aplicar la flexibilidad laboral en "un marco escandaloso de corrupción y soborno".
Durante un congreso sindical internacional en esta ciudad canadiense, un día antes de participar de la reunión del G-20, la mandataria destacó que durante la gestión de Néstor Kirchner y la suya "hemos recuperado el poder adquisitivo de los trabajadores" y pidió que "tomen como ejemplo" a la Argentina a quien las potencias mundiales "le soltaron la mano" durante la crisis de 2001. "Se debe asistir a los países que tengan problemas con sus deudas soberanas. La Argentina fue en ese sentido conejillo de indias del Consenso de Washington y del neoliberalismo", advirtió.
Fernández aprovechó esta oportunidad para comparar el estallido de 2001 con la crisis global. "Desde la Argentina estamos viendo una escena muy parecida a la que vivió mi país en el 2001 cuando implosionó un sistema económico, y había sido precedida de políticas de ajustes muy similares a las que hoy se intenta o ya se están aplicando en la eurozona", señaló.
Rodeada de sindicalistas de diversos puntos del mundo, la jefa de Estado aseguró que su "verdadera obsesión" es "mantener la vinculación de los trabajadores con la empresa" y recordó: "El 25 de mayo de 2003, Kirchner asumió la Presidencia con apenas el 22 por ciento de los votos y el 25 por ciento de los desocupados". En su discurso, insistió reiteradas veces que "las políticas de ajuste" en desmedro de los trabajadores son "una receta absolutamente equivocada y a contrapelo de la historia".
"Hay una necesidad de alimentar la demanda agregada, de generar más y mejor empleo y controlar el movimiento especulativo de capitales internacionales para que los sectores financieros vuelquen parte de esos recursos". Ante cerca de mil quinientos delegados sindicales que integran la Confederación Sindical Internacional, la Presidente apuntó contra el gobierno de la Alianza.
Aseguró que en el 2001 "se ensayaron proyectos de flexibilización laboral" en "un marco escandaloso de corrupción y soborno" en alusión a la Ley de Reforma Laboral.
En ese entonces, además de la grave crisis económica, el sistema político aparecía jaqueado en su conjunto a partir de la renuncia en octubre de 2000 del vicepresidente Carlos Álvarez, en medio de un escándalo por las denuncias de sobornos en el Senado para aprobar esa polémica ley.
Los principales objetivos de la Ley de Reforma Laboral eran por un lado debilitar el poder gremial de los sindicatos y bajar los costos laborales. "Nosotros planteábamos la necesidad de reestructuración de la deuda soberana del país en base a las necesidades del país y no hacer un ajuste", se diferenció Fernández de Kirchner de la gestión de De la Rua.
En ese sentido, agregó que "solamente un crecimiento y desarrollo del mercado interno, iba a permitir generar un crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) que finalmente permitiera hacer honor a los compromisos internacionales". "Sosteníamos la necesidad de la presencia del Estado en materia de inversión y gasto público que interviniera fuertemente", continuó la Presidenta y resaltó que "la Argentina acaba este martes de reestructurar el 92,4 por ciento de la totalidad de esa deuda, quedaron los fondos buitres". Previo a finalizar su intervención en el congreso sindical, la jefa de Estado, que lucía un elegante vestido plateado, subrayó la Asignación Universal por Hijo que causó, dijo, el "incremento del consumo y la actividad económica".
"China y Argentina son los países que más medidas de carácter fiscal implementaron para hacer frente a la crisis" internacional y enfatizó la recuperación del "poder adquisitivo de los trabajadores siendo el salario mínimo, vital y móvil el más importante de América Latina". Y finalizó: "el país hizo frente a la crisis sin modificar su tasa de desempleo", lo que causó el aplauso de los asistentes al encuentro en Canadá.
Fuente: DYN