No es lo mismo un vestido fucsia que un trajecito gris; un collar de perlas no es igual a uno de platino; el delineado negrísimo y las pestañas empastadas con rimel hacen que la mirada sea muy distinta a la de unos ojos despejados. El mensaje nunca es el mismo.
Cristina Kirchner lo sabe. Su nuevo look evidencia una clara intención de cambio. Ahora viste trajes grises y camisas blancas. Luce collares más sutiles. Se alisa el pelo. Lo oscurece. Se quita las extensiones.
¿Qué significa este cambio en la vestimenta? ¿Por qué la presidenta dejó las flores y el fucsia por los estampados sutiles y los colores claros? ¿Cuánto tuvo que ver la moda y el gusto personal y cuánto los asesores en esta nueva imagen presidencial?
Perfil.com se comunicó con dos de sus asesores en comunicación para conocer la trastienda del guardarropa presidencial.
"Le hemos sugerido que hable como mujer, que sea más simpática, que sonría más, que mire con atención a quienes le hablan y que sea más tierna. No le dijimos cómo vestirse”, aseguró a Perfil.com uno de sus asesores más influyentes.
¿Entonces el tweed gris y los pañuelitos al cuello no significan nada?
“Es evidente que el diseño de sus trajecitos y su ropa actual son más aceptados por la opinión pública”, admitió una de las asesoras cercanas a Cristina. “La gente la ve un poco más sobria, como que se adapta más al estilo del imaginario de cómo se tiene que vestir una presidenta”, agregó concluyente.
Para el diseñador Benito Fernández no quedan dudas: “Decididamente esto tiene que ver con el impacto político y no tiene nada que ver con la moda”.
Según Fernández, la presidenta “se esta reestructurando y eso se manifiesta en la ropa. Lo que intenta es neutralizar la mirada sobre ella, por eso está usando el color negro, el gris y el visón que son colores neutros. Sin dejar de usar, claro, carteras poderosas como la Hermès ni esos relojes que le dan poder”.
Cristina parece haber entendido bien los secretos del marketing personal. Por eso se viste de gris, un look "registro civil", como lo llaman los expertos en moda. Menos colores y más sonrisas.
(*) Redactora de Perfil.com