Al peronismo no le gustan los ajustes económicos, pero ahora tiene que protagonizarlos, en un hecho histórico inédito. En otros países, cuando llega la hora del ajuste, los votantes eligen a partidos de derecha o de centro derecha, como acaba de ocurrir en España con la maciza victoria del Partido Popular.
En Europa, la crisis ha deglutido a gobiernos en Irlanda, Portugal, Grecia e Italia reemplazándolas por fuerzas ubicadas en la derecha del arco político e ideológico. Pero en la Argentina el peronismo, en sus diferentes versiones, ocupa casi todo el espinel político, como lo demostraron los resultados de las elecciones de octubre.
El peronismo se ha vuelto casi todo, con sus sectores de derecha, de centro y de izquierda, si es que esas categorías políticas significan todavía algo en nuestro país. Al peronismo, como a toda fuerza política popular, le disgustan los ajustes; prefiere gobernar de forma expansiva, con un gasto público creciente que favorece la distribución de ingresos, aunque no siempre progresiva.
Así fue con el kirchnerimo hasta el 23 de octubre; de allí, en más Cristina y sus funcionarios han hecho saber que se viene una época de vaca flacas en las que habrá que consumir menos. Ese y no otro es el sentido de los anuncios, más allá del maquillaje del marketing político.
Antes de esos anuncios, hubo una pequeña batalla por el dólar, que terminó con la sensación de que en cualquier momento pueden volver los ruidos.
Antes de Cristina, Juan Perón tuvo que ajustar en su segunda presidencia, antes del golpe militar que habría que demostrar, según dijo luego el General, que “no es que nosotros seamos buenos; es que los que vinieron después fueron peores”. Lo mismo sucedió con Isabel Perón y el golpe del 24 de marzo de 1976. A Carlos Menem lo “salvaron”, en cambio, los radicales: cuando el Plan de Convertibilidad hacía agua, la Alianza ganó las elecciones de 1999 y tuvo que pagar la fiesta de otros.
Hay algo de justicia histórica en el ajuste que ahora protagonizan Cristina y la versión actual del peronismo.
(*) Periodista y escritor, autor de Operación Primicia.
Especial para Perfil.com.