El zar del juego, Cristóbal López, tuvo una buena y una mala noticia en los últimos días. La mala es que –al menos hasta después de las elecciones generales– el Gobierno porteño bloqueó la posibilidad de que haya nuevos jugadores en los bingos de la Ciudad, un negocio que le interesaba mucho.
La buena es que después de meses de negociaciones compró finalmente La Corte, la productora que transmite la imágenes de Fútbol para Todos, por unos US$ 11 millones. Además de hacer pie en el negocio de las transmisiones deportivas, le permite usar los equipos de la productora K para aggiornar todos los contenidos de su señal oficialista de noticias C5N con imágenes en alta definición.
López tenía apuro: necesitaba poder transmitir actos de gobierno en medio de la campaña electoral, favores a candidatos amigos y, sobre todo, las últimas elecciones del oficialismo en calidad HD. Los equipos para reconvertir su señal de noticias costaban unos US$ 10 millones. Pero por US$ 11 millones absorbió la tecnología de La Corte. Dentro de unos meses mudará C5N y una de sus recientes adquisiciones, el diario Ambito Financiero, al edificio que usaba La Corte –fundada por el ex vocero de Néstor Kirchner, Miguel Núñez– en la calle Fraga 167, Palermo.
Por estos días, Fabián De Sousa, CEO del grupo de medios de López, recibe propuestas de algunas de las “estrellas” que más saben de economía de C5N para dirigir Ambito. Hasta ahora las rechazó y mantendrá la cúpula del matutino sin cambios.
El contrato entre la AFA y el Gobierno por el Fútbol para Todos acaba en 2019, por lo que Cristóbal López, al comprar La Corte, se garantizó un rentable negocio poskirchnerista. Pero es cierto también que los contratos de La Corte se renuevan anualmente. Ya se está ocupando, a través de algunos favores a los candidatos que no son del oficialismo, de asegurarse que cuando cambie el Gobierno el próximo 10 de diciembre, siga siendo él quien maneja la transmisiones del fútbol.
La compra de La Corte coincidió con la sorpresiva visita de su empleado/socio más importante, Marcelo Tinelli (todavía tiene el 20% de Ideas del Sur), al corazón de la Quinta de Olivos. El lunes pasado, antes de viajar a Europa, el conductor se reunió con Máximo Kirchner. El encuentro lo tejió el camporista preferido de Cristina Kirchner, el flamante secretario general de la Presidencia, Eduardo Enrique “Wado” de Pedro.
Tinelli fue para negociar un posible cambio del estatuto de la AFA, entidad que busca presidir. Anhela que las elecciones se posterguen para 2016, así él tendrá chances de competir y ser el nuevo Julio Grondona del fútbol argentino. En su entorno aseguran que presidir la AFA podría ser un puente para pisar en la FIFA y codearse con el más alto nivel de dirigentes de fútbol a nivel mundial. Showmatch, explican, ya lo aburrió.
Pero también para ensayar sobre cómo reducir sus filosas críticas al Gobierno semanas antes de que empiece su programa, en medio de la etapa más fuerte de la campaña electoral.
Este año no estará al aire “El gran cuñado”, pero sí habrá imitaciones de los candidatos. Tinelli tiene excelente relación con Daniel Scioli y Mauricio Macri. Nunca jugaría por uno de ellos, menos aún cuando encabezan hoy las encuestas en intención de voto a presidente. Con Sergio Massa también mantiene un buen vínculo. Pero más valora sus contactos dentro de la AFA, su próximo terreno a conquistar.
