En un lento concurso por acceder a un cargo judicial, el Ejecutivo eligió no respetar el orden de mérito y proponer como juez federal penal al juez de instrucción porteño Luis Rodríguez, en caso de que el Senado preste acuerdo.
La buscada designación cobró notoriedad debido a las fuertes críticas que tanto la oposición como distintas organizaciones sociales elevaron debido a ciertas presuntas irregularidades.
Según consigna La Nación, "el kirchnerismo siempre defendió a su postulante pese a las sospechas de que hizo trampa en el examen (desde su juzgado pidieron, 12 días antes de la prueba, copia de un fallo similar al caso que le tomaron), las acusaciones de ser coleccionista de objetos nazis, las causas abiertas contra él en el Consejo de la Magistratura y las denuncias de irregularidades en casos que tuvo a su cargo como juez de instrucción".
La Casa Rosada necesita mayoría simple en la Cámara alta para convertirlo en juez y ponerlo al frente de uno de los 12 juzgados que investigan las principales causas contra el poder político, recuerda el matutino.
En esta postulación, el currículum no pasó sin llamar la atención. En el texto del CV Rodríguez señala haber "realizado miles de sentencias de las que han recibido comentarios una gran mayoría". Ante esta afirmación, el jefe del bloque de diputados radicales de la UCR, Ricardo Gil Lavedra "le solicitó al postulante precisiones respecto del llamativo dato".
Respecto de su colección de objetos nazis, dijo que no tenía ninguna afinidad con el nazismo y que su "interés" era sobre la Segunda Guerra Mundial.
Además del Centro de Estudios Legales y Sociales, también prevén oponerse el Foro de Estudios sobre la Administración de Justicia (Fores), la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), y la Asociación por los Derechos Civiles (ADC).
