Sin duda que las estrategias que usaron las defensas de las personas imputadas por la fiesta en Olivos por el cumpleaños de Fabiola Yáñez durante la cuarentena estricta de 2020 son uno de los puntos jurídicos más interesantes para analizar el caso. Mientras el abogado de Yáñez, Juan Pablo Fioribello, llevó la voz cantante al proponer una reparación económica integral para lograr el sobreseimiento, otro de los defensores, Mauricio D'Alessandro, se inclinó por pedir a la Justicia que declare la inconstitucionalidad del DNU presidencial que estableció las restricciones de circulación por el coronavirus como salida al proceso.
El defensor de Stefanía Domínguez, amiga de Fabiola Yáñez, le había confirmado la estrategia a PERFIL en noviembre del año pasado, convencido de que si la Justicia rechazaba el planteo insistiría en todas las instancias superiores hasta llegar a la Corte Suprema.
Entre sus argumentos, D'Alessandro había planteado que el decreto presidencial no había pasado por el Congreso y veía posibilidades de que en el Máximo Tribunal le hagan lugar a partir del fallo de mayo de 2021 en el que los supremos avalaron la presencialidad educativa en la Ciudad de Buenos Aires.
La estrategia de llevar el reclamo a la Corte Suprema para intentar por esa vía el sobreseimiento de Stefanía Domínguez, amiga de la primera dama y una de las que estuvieron en el convite del 14 de julio de 2020, parecía compleja y su resolución lejana en el tiempo. Pero ahora el abogado confirmó que abandonaron esa vía y que, al igual que el resto de las personas imputadas, presentaron un acuerdo de reparación integral de los hechos. Igualmente, opinó que el acuerdo al que llegó el presidente Alberto Fernández fue “una acción de prensa”.
—¿En qué situación procesal está Stefanía Domínguez?
—Ella fue convocada a indagatoria pero no fuimos. Estamos en plena conciliación por el Artículo 59 inciso 6° (N. de R.: reparación integral). Ofrecimos $ 200 mil pero el Juzgado entendió que era poco, así que subimos a $ 250 mil.
—¿Qué motivó el cambio de estrategia?
—La inconstitucionalidad está planteada todavía, fue rechazada en primera instancia y en Cámara. Estaba pedida la Casación y nos quedaba la Corte Suprema, pero mi cliente no quiere seguir porque considera superfluo discutir la inconstitucionalidad del decreto mientras hay que seguir con los avatares del proceso.
—¿Entonces la Justicia dio el visto bueno a la propuesta de reparación económica?
—El fiscal entendió que el monto era correcto porque (Dominguez) está en las mismas condiciones de edad y situación socio económica del resto de los imputados que acordaron una suma similar. Hay que esperar ahora la homologación del juez y seguramente se presenten pedidos de querellantes, que en esa causa se presentan permanentemente. Eso es justificable en algunos casos como el del padre de Solange Musse, si yo fuera él estaría gritando todavía, pero hay muchos otros que no tienen cercanía con la causa, no están particularmente afectados.
—Después que se conoció el acuerdo al que llegó Alberto Fernández hubo quienes cuestionaron que la Justicia lo haya tratado igual que al resto de los imputados que no tienen responsabilidades de gestión. ¿Cuál es su postura al respecto?
—Si bien la cuarentena tuvo un carácter totalitario y responsabilizo por ello al presidente y al espectro político, no pienso que esta herramienta (NdR: la reparación integral) no se pueda aplicar al presidente. El principio rector más grande es la aplicación de la ley penal más benigna. Que sea presidente es un accidente dentro del caso.
—¿Y cómo se explica entonces que haya tenido que pagar $ 1,4 millones mientras el resto acordó sumas más bajas?
—Es una locura que Alberto haya pagado $3 millones y no haya quebrado cuando su patrimonio declarado son $5 millones. Ese monto es una acción de prensa para mostrar a la sociedad ante la obscenidad de la fiesta.
—¿Cómo transitó el proceso Stefanía Domínguez?
—Ella está bien, siempre con perfil bajo. A diferencia de otros integrantes de la fiesta es abogada, trabajó en un Juzgado Contencioso Administrativo y pidió el pase al Consejo de la Magistratura. No es ni community manager ni hace prensa ni es estilista, nada que tenga que ver con el trabajo de quienes estuvieron en la fiesta. Su vida laboral y personal no se ha afectado en lo más mínimo.
—¿Sigue teniendo relación con Fabiola Yáñez?
—Cada tanto hablan, ocasionalmente. Ella vino a estudiar de Puerto Madryn y además de estudiar derecho tomaba clases de teatro en la calle Corrientes. Ahí conoció a muchas de las asistentes a la fiesta y desarrollaron una amistad durante años hasta que cada una fue haciendo una vida diferente.
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