Finalmente la Policía Federal no se retirará de los 13 barrios donde hoy funciona la Metropolitana. Ayer, durante todo el día hubo varios llamados entre las cúpulas policiales y políticas de ambos gobiernos, que acordaron un esquema de “cooperación” para evitar el retiro de agentes.
Eventualmente, algunos federales serán reasignados, pero la fuerza seguirá patrullando las comunas 15, 4 y 12. Se trató, más que nada, de una simulada guerra entre ambos gobiernos montada sólo para los medios.
Ayer trascendió también que Mauricio Macri llamó a Cristina Kirchner para intentar frenar el retiro de la fuerza mientras, paralelamente, la Procuración porteña preparaba un amparo para que la Justicia frenara la medida.
Funcionarios del Ministerio de Seguridad Nacional habrían mantenido reuniones con los responsables de la Metropolitana ayer por la tarde. Además, hubo al menos una charla por teléfono entre Mauricio Macri y Sergio Berni.
Guillermo Montenegro, el ministro de Seguridad porteño, no participó de la reunión y se habría mantenido al margen de la negociación.
En términos políticos, el anuncio del presunto retiro se dio luego de que se generara un fuerte malestar entre Berni y los funcionarios porteños por el desalojo del asentamiento Papa Francisco, lindero a la Villa 20, en Lugano. Eso fue lo que hizo disparar la “amenaza” de Berni a Montenegro.
En este marco, el miércoles a la tarde Macri volvió a comunicarse con la Presidenta, que volvió a atenderlo luego de más de un mes y medio sin hablar. En un breve diálogo le comentó su malestar sobre la Villa 20 y, en particular, el jefe comunal se quejó por el operativo que encabezó Berni allí para desalojar la toma.
Al pasar, también mencionó el traspaso de la Federal y la necesidad de una mejor coordinación. Por su lado, CFK le planteó que habían incumplido con las obras que debía realizar el gobierno porteño en el lugar.
Ayer, según algunos funcionarios del PRO, Cristina también habría hablado con Macri por teléfono sobre el tema. El jefe de Gobierno estaba preocupado por intentar destrabar la cuestión.
Polémica. Macri le habría transmitido que era imposible el retiro de la Federal de un día para el otro y que, en todo caso, había que coordinar una transición, tal como ocurrió con la seguridad en los subtes, hoy a cargo de la Metropolitana.
La guerra entre ambas administraciones también esconde una batalla política en el marco de las elecciones de 2015. Una de las mejores armas de marketing político del PRO son los “chalequitos” de color de los policías metropolitanos. Y el discurso de “mano dura” de Berni contra la inseguridad es muy bien recibido en el electorado porteño.
La Policía Federal cuenta con unos 7 mil agentes patrullando las calles, y la Metropolitana con 5 mil, pero sólo cerca de la mitad estarían asignados a la vía pública.
Uno de los temas más delicados que se trataron en las últimas horas se relacionaba con el control político de las diez comisarías pertenecientes a las tres comunas donde hoy opera la Policía Metropolitana. La Ciudad reclama el traspaso pero podría durar mucho más de lo esperado.