POLITICA
intereses en el puerto

De la interna con Abad al negocio de los contenedores

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Diferencias. El titular de la AFIP le objetaba la falta de conocimiento sobre comercio exterior. | Cedoc Perfil
La salida del titular de la Aduana, Juan José Gómez Centurión, estaba anunciada. “Hace una semana que había rumores de que lo iban a echar”, aseguraron varios operadores del comercio exterior. La justificación, por un lado, coincide con lo que el funcionario consideró que pasó: que tocó intereses de la llamada ‘mafia de los contenedores’, una “institución” sin nombres y que trasciende gobiernos.
Pero su remoción también encuentra sustento en la interna con el titular de la AFIP (y su jefe), Alberto Abad, quien resistió su nombramiento desde el principio y aspiraba a que la Aduana quedara en manos de quien hoy reemplaza “interinamente” a Gómez Centurión: Javier Zabaljauregui.
 
Uno de los reparos de Abad estaba vinculado al pasado carapintada del militar Gómez Centurión. El ex militar participó de los levantamientos de Semana Santa (1987) y Monte Caseros (1988) contra el gobierno de Raúl Alfonsín, algo que los radicales que integran Cambiemos le reclamaron a Mauricio Macri cuando intentó designarlo al frente del Ministerio de Defensa. El “premio consuelo” para el colaborador del PRO –que integró la Fundación Pensar– fue la Aduana.

El mayor de los “peros” de Abad fue más llano: “no sabe nada de comercio exterior”, dijo sobre el ex titular de la Agencia de Control Gubernamental de la Ciudad –implicado en la causa por el incendio de Iron Mountain en Barracas por la falta de controles–, según relatan quienes lo tratan día a día. “Había reuniones semanales entre AFIP y Comercio a las que directamente ni se lo invitaba”, aseguran.

Desde que asumió, Gómez Centurión se centró en las operaciones de depósitos fiscales donde comprometió a un colaborador del ex titular de AFIP, Ricardo Echegaray; denunció los “contenedores huérfanos” que comenzaron a navegar antes de las elecciones y que atracaron tras la asunción del macrismo y anunció la investigación de giros por US$ 14 mil millones en importaciones sin los permisos correspondientes. “Es desprolijo como mínimo que quien denunció una corrupción multimillonaria a los tres días sea desplazado por corrupción”, evaluó un despachante.

“La Aduana es una caja de recaudación política. Y detrás hay una estructura que va más allá de los gobiernos y, si no tenés el culo limpio, no te podés meter. Hubo mucha mercadería que no se pudo sacar por las denuncias”, resumió un operador con varias décadas de actividad.

Así, la denuncia anónima que llegó a manos de la ministra de Defensa, Patricia Bullrich, y que ahora está en manos del juez Ariel Lijo, en tanto, le sirve al Gobierno para tratar de salir fortalecido. “Muestran que van a ser duros con la corrupción, resuelve una interna incómoda con Abad y alivia a los intereses afectados por la investigación anunciada el martes”, analizó un importante operador del comercio exterior.

Los roces también llegaban a la puesta en marcha del “puerta a puerta” para los envíos postales desde el exterior, que se pone en marcha este viernes. “Decile a Gómez Centurión que se deje de hinchar las pelotas con que hay droga en los envíos”, le dijo a un empresario postal el secretario de Comercio, Miguel Braun, cuando le reclamaron la puesta en marcha del sistema.