La esposa y los dos hijos del fallecido represor de la ESMA Héctor Febres fueron detenidos, bajo la sospecha de tener vinculación con el envenenamiento del prefecto, ocurrida en su lugar de detención días antes de conocerse la sentencia del juicio que se le seguía por crímenes de lesa humanidad.
Un día antes habían sido apresados dos miembros de la Prefectura Naval: el jefe de la zona Delta, prefecto mayor Rubén Iglesias, en cuya jurisdicción estaba detenido Febres, y un agente que lo custodiaba, y según fuentes judiciales habría otro sospechoso prófugo.
Las detenciones fueron ordenadas por la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, quien desde de las 10 indagará a los arrestados en su juzgado de esa ciudad del norte del Gran Buenos Aires.
La magistrada participó de varios de los allanamientos realizados por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en búsqueda de datos que determinen quién envenenó a Febres.
La esposa de Febres, Stella Maris Guevara, y sus hijos, Héctor Ariel y Sonia Marcela, fueron detenidos en sus domicilios y trasladados incomunicados a la Unidad 28 del Palacio de Tribunales de esta capital, a la espera de ser indagados.
El abogado de los familiares de Febres, Martín Orozco, dijo a la agencia DyN que pedirá la excarcelación de sus patrocinados y manifestó que mientras no se levante el secreto del sumario decretado por la jueza y no tenga acceso a la causa les aconsejará a sus defendidos que no declaren.
El letrado, quien comparte la defensa con su colega Claudio Cacio, dijo que las detenciones se produjeron "en las casas particulares de ellos", y advirtió que "la imputación concreta no la conocemos aún", al tiempo que calificó la medida de la jueza como "apresurada". También señaló que los parientes del represor están "sorprendidos" por su arresto porque son una familia "muy unida".
La detención de los familiares de Febres, de 66 años, se registró luego de que la Justicia determinó que habían cenado con él en la dependencia de Prefectura en la que estaba alojado, horas antes de que falleciera aparentemente por ingerir cianuro, lo que produce una muerte por ahogo y quemazón con una dolorosa agonía .
Temprano llegaron al juzgado de Arroyo Salgado tres camionetas de la policía aeroportuaria cargadas con elementos de prueba, como computadoras, impresoras y documentación encontrada en las viviendas de los detenidos.
Febres fue hallado muerto el lunes último en una celda de la Delegación Delta de la Prefectura, en Tigre, donde estaba preso mientras era sometido a juicio oral y público por cuatro casos de secuestros y torturas en el centro clandestino que funcionó en la ESMA durante la última dictadura militar.
Los análisis determinaron que habría una "importante cantidad de cianuro en la sangre" del cuerpo de Febres, lo que motivó a la Justicia a investigar si se suicidó o fue asesinado.
Precisamente, el Tribunal Oral Federal 5 de esta capital iba a dar a conocer el veredicto del juicio en el que la defensa había pedido 25 años de cárcel. Además, el acusado podía ejercer su derecho a pronunciar sus últimas palabras antes del fallo.
Además, Febres estuvo vinculado a la apropiación de bebés nacidos en cautiverio en la ESMA, por lo que había una esperanza entre los organismos de derechos humanos para que aportara datos acerca del destino que corrieron los hijos de desaparecidos.
El abogado Rodolfo Yanzón, querellante en la causa Febres y en la investigación por la muerte, adelantó a DyN que la semana entrante pedirán una cita con la presidenta Cristina Fernández para pedir la colaboración del Gobierno en el esclarecimiento del caso.
Asimismo, indicó que solicitarán al juez federal porteño Sergio Torres, a cargo de la causa ESMA, que los detenidos por violaciones de los derechos humanos durante la dictadura sean alojados en cárceles comunes, para evitar que corran el mismo destino de Febres.
Yanzón y la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, coincidieron en calificar a la muerte de Febres como "un mensaje mafioso" que indica que "la impunidad sigue viva".
Para Yanzón, el envenenamiento de Febres se emparenta con la desaparición de Jorge Julio López , un testigo clave para la condena a otro represor, Miguel Etchecolatz.
Fuente: DyN