La Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isidro le concedió la prisión domiciliaria al viudo Carlos Carrascosa, condenado a prisión perpetua por el homicidio de su esposa María Marta García Belsunce. Sin embargo, como consideró que los informes médicos de la causa estaban desactualizados, continuará detenido.
En su fallo, los jueces Duilio Cámpora y Oscar Quintana, de la sala I de la Cámara, revocaron la denegatoria del arresto domiciliario, pero entendieron que a Carrascosa hay que practicarle otra vez los informes médicos porque "perdieron actualidad" y agregar una pericia psiquiátrica. Los jueces también entendieron que no se ha resuelto cómo se resolverán las urgencias que pudieran presentarse en el domicilio.
En disidencia, votó Ernesto García Mañón, que consideró que podría morigerarse la prisión bajo caución real y retención del pasaporte.
Demoras. Por demoras administrativas, Carrascosa tampoco pudo concurrir al velatorio de su hermana, fallecida en Corrientes en las últimas semanas tras un accidente cerebrovascular: si bien un tribunal oral lo permitió, el Servicio Penitenciario no suministró un móvil para el traslado.
Su abogado, Fernando Díaz Cantón, reiteró al Tribunal Oral Criminal 6 de San Isidro el pedido para le den el arresto "en forma urgente", también solicitado en el Tribunal de Casación Penal en marzo y aún no resuelto.
Díaz Cantón explicó a la agencia Télam: "Esto implica un círculo vicioso porque cada vez que el expediente llegue a la Cámara con nuevas apelaciones los informes que se hagan van a quedar indefectiblemente desactualizados por el tiempo que demanda la apelación".
"Esta situación amenaza con repetirse hasta el infinito, dado que no se puede ignorar que los informes médicos no serán de un día para el otro, como tampoco lo será la resolución del Tribunal, ni el trámite del nuevo recurso", se quejó.
El defensor también relató que a comienzos de marzo, la hermana de Carrascosa -única familiar de sangre que le quedaba con vida- sufrió dos ACV, la misma enfermedad que se teme que pueda padecer Carrascosa en prisión, y luego falleció.
Luego de idas y vueltas entre la Justicia y el Servicio Penitenciario, se le ofreció al viudo de García Belsunce viajar cuando el sepelio ya había culminado, pero se negó a ir porque ya no quería ver a su hermana en el cementerio.