El oficialismo de la Cámara de Diputados logró esta madrugada aprobar con media sanción el proyecto de reforma tributaria con 146 votos a favor, 77 negativos y 18 abstenciones. Lo hizo en una nueva sesión maratónica, que se inició horas después de que se sancionara la polémica reforma previsional.
Entre otros aspectos, esta norma reduce gradualmente los aportes patronales, grava la renta financiera, y reordena el esquema de impuestos internos. La iniciativa, que fue girada al Senado, apunta a reducir en un plazo de cinco años la presión impositiva para llegar al 2022 a un 1,5 por ciento del PBI.
El tratamiento de la reforma se desarrolló mientras en la esquina del Palacio Legislativo, y en otros puntos de la Ciudad, se llevaron a cabo cacerolazos de vecinos disconformes con el paquete de leyes que el Poder Ejecutivo decidió debatir en sesiones extraordinarias.
Entre los aspectos principales de la reforma tributaria se encuentra una reducción gradual en cinco años de la alícuota del impuesto a las Ganancias para dividendos no distribuidos de las empresas (del 35% actual al 25% en 2021), la posibilidad de computar el pago del Impuesto al Cheque a cuenta de Ganancias, la devolución anticipada de los saldos a favor del IVA por las inversiones que hagan las compañías y la implementación del mínimo no imponible para contribuciones patronales.
Respecto a esto último, las empresas no pagarán aportes patronales hasta una remuneración bruta de 12 mil pesos para 2022 (ajustado a la inflación que haya en ese entonces).
En el tratamiento en particular del proyecto, se dejó sin efecto el artículo que preveía que una parte de las indemnizaciones por despido de trabajadores en relación de dependencia sea alcanzadas por el impuesto a las Ganancias (a excepción de directivos de empresas que cobren por encima de los montos mínimos indemnizatorios).
El proyecto de reforma tributaria sufrió una serie de modificaciones desde que fue anunciada hace un mes por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, a partir de la presión de gobernadores y empresarios.
Por caso, a pedido de la gobernadora fueguina, Rosana Bertone, se dejó finalmente sin efecto la eliminación inmediata de impuestos internos a la venta de productos electrónicos que no se fabriquen en la provincia austral y a los autos y motos de gama media. Sin embargo, habrá una reducción escalonada de dichos impuestos: a partir de enero estos productos tributarán el 10,5% hasta llegar al 2% en el 2023.
En cuanto a los impuestos a los bebidas espirituosas, la alícuota pasará del 20 al 26 por ciento, mientras que las cervezas pasarán del 8 al 14 por ciento, a excepción de las artesanales que mantendrán el impuesto del 8 por ciento.
La discusión en particular del articulado también retrotrajo el impuesto al tabaco a lo dispuesto en el proyecto original del Poder Ejecutivo, que establece una alícuota del 70 por ciento, y una suba del impuesto por atado de 28 pesos.
Una novedad que introduce el proyecto es que se gravará la renta financiera: los activos financieros denominados en moneda extranjera o indexados a la inflación pasarán a estar gravados al 15 por ciento, mientras que las ganancias no distribuidas de las compañías pasarán a estar gravadas al 25 por ciento.
Otro aspecto que introduce el proyecto es la eliminación del impuesto a las transacciones inmobiliarias, en tanto que pasarán a gravarse las ganancias de capital en las viviendas que no correspondan a uso familiar.