Cátedra Argentina, reuniones, asamblea y almuerzo en la ONU, y disertaciones en universidades. Todo eso está en la agenda presidencial. Pero el fin de semana largo es el fin de semana largo. O eso se deduce de las actividades que lleva adelante la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que llegó a Nueva York este domingo, con una nutrida comitiva de funcionarios que la acompañarán por toda la gira en la que es ya una de sus ciudades preferidas.
La Presidenta viajó el sábado a las 22.55 desde Aeroparque y llegó a Nueva York a las 11 am de este domingo, acompañada por los secretarios de Legal y Técnica, Carlos Zannini, y de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro, y la flamante embajadora ante la ONU, la exsenadora “Marita” Perceval. En Estados Unidos la esperaba el canciller Héctor Timerman.
Sonriente, Timerman aguardó a la mandataria en la puerta del Mandarin Oriental, el lujoso hotel donde se hospeda Fernández de Kirchner. Cerca de él, una niña logró burlar los cercos de seguridad hasta llegar a la Presidenta, a quien le pidió un saludo y una fotografía.
Ubicado en el Upper West Side, en el centro de Manhattan, el Mandarin Oriental es un moderno complejo cinco estrellas que cautiva por sus comodidades y nivel de servicio. Y debe ser así, si la mandataria lo elige como prioridad a la hora de viajar a la Gran Manzana, incluso rompiendo con la tradición de asistir al Four Seasons, como lo hacía en cada viaje junto a su esposo, el expresidente Néstor Kirchner. En septiembre de 2011, durante su asistencia a la Asamblea General de las Naciones Unidas, desplegó una compleja operación para cambiar su lugar de estadía: del Four Seasons pasó al Mandarin Oriental. En junio de este año, recibió en la suite 54 de ese hotel a un grupo de madres que reclamaba la identificación de sus hijos, fallecidos durante la Guerra de Malvinas y enterrados como NN.
La decisión de Cristina no es fortuita: las 202 suntuosas habitaciones y 46 suites que ofrece el Mandarin Oriental tienen vistas a Central Park, el río Hudson y todo el horizonte de Manhattan con sus rascacielos. Además, cuenta con la alta cocina del restaurante Asiate, uno de los más prestigiosos de la ciudad.
Agenda abierta. El cronograma de actividades de la Presidenta está libre hasta el lunes a las 19, momento en que visitará la muestra "Evita pasión y acción", que exhibe en el primer piso del consulado argentino. Allí se exponen fotografías, pinturas e indumentaria que utilizó Evita, entre los que se destacan el vestido de gala por celebraciones del día del trabajador, uno que simboliza el voto femenino y otro que representa el 17 de octubre, Día de la Lealtad. Recién el martes en la tarde tendrá su actividad más importante cuando le toque el turno de pronunciar un discurso ante la asamblea de la ONU.
Si bien no se indicó oficialmente si la Presidenta aludirá en su alocución al atentado terrorista contra la mutual judía AMIA por el que fueron acusados funcionarios iraníes, la Cancillería informó que recibió una nota oficial del gobierno de Irán para pedir una audiencia bilateral de su canciller, Ali Akbar Salehi, con el argentino Timerman. La solicitud ha generado tanta suspicacia en la comitiva israelí que todavía no se ha resuelto concederla o evitar el encuentro.
En el marco de la 67º Asamblea de la ONU, la Presidenta participará del almuerzo que secretario general del organismo, Ban Ki-Moon, ofrece a los mandatarios, tras lo cual la Cancillería organizó encuentros bilaterales con autoridades de Israel, Rusia, Italia, Argelia, Holanda, Pakistán, Portugal, Sierra Leona y Eslovenia.
Fernández de Kirchner continuará su viaje el miércoles en Washington, donde realizará una exposición en la universidad de Georgetown, y luego irá a Boston, para disertar en Harvard.
En la ONU, en tanto, Argentina asumirá un asiento en el Consejo de Seguridad y volverá a integrar el Consejo de Derechos Humanos.
Sin embargo, antes de viajar a la capital estadounidense, se reunirá con el CEO de la petrolera Exxon, Rex Tillerson. El objetivo: acercar posiciones para un eventual acuerdo de inversión conjunta con YPF, similar al anunciado en septiembre de 2011, en torno a la exploración de gas en Argentina.
Debate. La gira presidencial tiene varios momentos de presión internacional. A la participación en la ONU se suman las disertaciones de la Presidenta en las universidades de Georgetown y Harvard. En la primera casa de estudios, la mandataria inaugurará, junto al presidente del Centro de Estudios Latinoamericanos de Georgetown, el profesor Erick Langer, la Cátedra Argentina, un foro regular de charlas y conferencias que tendrán como objetivo la agenda bilateral con Estados Unidos.
El principal obstáculo de esas tareas no es más ni menos que el debate esperado por los alumnos y la inflexibilidad de algunos departamentos universitarios, que ya se han mostrado reacios ante la posibilidad de que el nuevo espacio se convierta en una versión for export de la cadena nacional, o que no permita un intercambio de palabras fluido con el auditorio. “El debate no puede tener restricciones”, sostienen. Sin comentarios al respecto, la comitiva argentina prepara su raid diplomático. Mientras tanto, disfruta de lo mejor de Nueva York.
