“Hombres trabajando”. Esto dice el cartel que colgaron en su despacho algunos funcionarios del Gobierno después de las declaraciones de Alberto Fernández sobre la posición de Estados Unidos ante la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional. Cuatro dirigentes recibieron el mensaje desde Estados Unidos: “Ayudamos demasiado la última semana como para que sean tan ingratos en las declaraciones”. Desde entonces, buscan recomponer un vínculo necesario para avanzar en el acuerdo con el FMI.
“No hubo ninguna queja formal de los Estados Unidos”, dicen desde la Casa Rosada sobre las declaraciones de Alberto Fernández por la excesiva dependencia de Argentina con este país y el movimiento tardío que hizo el gobierno de Joe Biden para apoyar la negociación con el FMI. Sin embargo, los mensajes informales les llegaron a cuatro funcionarios. El jefe de Gabinete, Juan Manzur; el canciller, Santiago Cafiero, el secretario de Asuntos Estratégicos; Gustavo Beliz; y el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Fue un aviso simple y corto: “Nos dijeron que habían ayudado demasiado la última semana como para que seamos tan ingratos en las declaraciones”, contó un dirigente ante PERFIL.
El gobierno argentino reconoce que parte de la política que integra el gobierno de Biden “empujó para el entendimiento con el FMI”. Pero enseguida agregan: “También es cierto que lo hicieron a último momento y luego de un reclamo explícito formulado por Santiago Cafiero ante Antony Blinken el 18 de enero”.
Después de la gira por Rusia, China y Barbados y las declaraciones del Presidente, los distintos funcionarios tuvieron que retomar las conversaciones con distintos funcionarios estadounidenses. “Estamos trabajando en recomponer los enojos”, le dijo uno de ellos a PERFIL. “¿Esto puede entorpecer o retrasar la firma del acuerdo con el FMI?”, preguntó este medio. “No, solo encarecerlo”, respondió. Esto significa un retroceso en el pedido de ayuda al Tesoro de Estados Unidos para que dé un mensaje de apoyo e incluso avale una revisión de las sobretasas.
En el Gobierno confían en las conversaciones informales de las últimas con funcionarios de Estados Unidos. Incluso, PERFIL pudo saber que una de estas comunicaciones involucró al asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan. “Saben que Alberto puede tener algunas declaraciones como las que tuvo pero también saben que no estamos mandando barcos a Ucrania ni permitiendo que China ponga una base militar en la Patagonia”, se resignan en la Rosada.
En el Gobierno miran el vínculo con Joe Biden más allá de la necesidad de su apoyo por la deuda y califica como positiva la agenda que comparte con Estados Unidos en la que enumeran: cambio climático, tratado de no proliferación de armas nucleares, derechos humanos y la adhesión a los organismos de seguridad como Interpol.
Sobre la visita a Rusia y China de Alberto Fernández, en la Casa Rosada lo enmarcan en “un corrimiento de la centralidad global hacia estos países”. Enumeran la reunión que tuvo Emmanuel Macron con Vladimir Putin y la visita de Jair Bolsonaro a Rusia. “China ofrece una relación más horizontal, te invitan y te hacen parte de su agenda, financian tus proyectos y sobre todo son pacíficos”, describen desde el gobierno de Alberto Fernández. Y también dan como ejemplo la visita del presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, un liberal, opositor al “populista” Correa, estuvo en China. “¿Por qué? Porque China lo invita y Estados Unidos no, Le refinancia sus deudas y obras, y Estados Unidos, no”, evalúan.
Las críticas al gobierno de Biden tiene que ver con el rol que tiene en América Latina. “No hubo gestos, ni inversiones, sin garrotes y sin zanahorias y ahora quieren arrastrar a toda la región por su conflicto de Rusia con Ucrania”, explican desde la administración de Fernández. Desde Cancillería repiten: “Multilateralismo hasta que duela”.