El "Go" es un juego chino de mesa, de más de 2.500 años, en el que se enfrentan dos jugadores. Se trata de la lucha por un territorio. A diferencia del ajedrez, no se "mata", sino que se capturan enemigos que luego se devuelven. Y algunas de sus directrices son "la iniciativa es la mitad de la ganancia" o "divide al enemigo, no dejes que se reagrupe".
Néstor Kirchner parece ser un eximio jugador de "Go". Durante los últimos días y semanas, evitó cruzar públicamente a Eduardo Duhalde, quien instaló la idea de que iba a competir con el santacruceño por la jefatura del peronismo bonaerense y nacional. Y que le iba a "ganar".
Sin embargo, Kirchner volvió a mover sus "piedras" (según se denominan a las fichas en el "Go") para avanzar en el territorio del que se apoderó allá por el 2005, cuando enfrentó y venció al duhaldismo en las elecciones legislativas en las que Cristina Fernández se impuso sobre "Chiche" Duhalde. El informante de la nueva estrategia fue Daniel Scioli, quien anunció la convocatoria para el próximo martes del Consejo Nacional Justicialista.
Hasta hace unas semanas, ningún dirigente peronista daba trascendencia alguna a la normalización del partido porque, argumentaban, "hay temas mas importantes, que son prioritarios para la gente". Pero las prioridades parecieron cambiar.
Lo cierto es que el martes, el Consejo podrá rechazar la renuncia que Kirchner anunció un día después de la derrota electoral ante Francisco de Narváez. Pero ese cuerpo jamás la aceptó, por lo que no tiene validez. Por lo que Kirchner continuará siendo el jefe del partido y Duhalde el opositor interno.
Mas allá de este movimiento, al peronismo antikirchnerista le cuesta hacerse de apoyos importantes en su cruzada. En los últimos días, los intendentes bonaerenses mantuvieron sendas reuniones con el ministro de Economía, Amado Boudou, y con el de Planificación, Julio de Vido. ¿El motivo? Asegurarse la continuidad de las obras públicas que están en marcha en el conurbano bonaerense.
Sin embargo, la ratificación de la alianza de los Kirchner con los jefes comunales, reflejó en las últimas horas algunas grietas. La protesta frente al Ministerio de Desarrollo Social, mas allá de lo anecdótico del corte de la avenida 9 de Julio, marcó la primera protesta, a pocas cuadras de la Casa Rosada, de aquellas agrupaciones piqueteras que no comulgan con el gobierno nacional. Y que por eso, habían quedado al margen del programa cooperativista anunciado por el Poder Ejecutivo.
No en vano los grupos piqueteros kirchneristas adujeron "negligencias" en el ministerio de Desarrollo Social, que paradójicamente encabeza Alicia Kirchner.
Las dudas son inevitables, tanto, como la aplicación de las asignaciones anunciadas para beneficiar a los menores de 18 años, hijos de desempleados o trabajadores informales. Una discusión matizó el diálogo, la semana pasada, entre el ministro Amado Boudou y un funcionario del círculo áulico de los Kirchner. Del tenso diálogo se dedujo que no estaría bien claro para el gobierno el número de beneficiarios ni el modo de aplicación. De ahí que las versiones acerca de que esa medida se adoptó ante la presión mediática de la oposición, cobró fuerza.
La misma oposición que pareció resurgir la semana pasada, de la mano de Elisa Carrió, quien anunció una reunión de todo el arco antikirchnerista en el Congreso para definir una agenda. Peor los resultados hablan por sí solos: esa reunión nunca se cristalizó y la dirigente chaqueña volvió al silencio por unos días.
(*) Agencia DYN